Hoteles de 2 estrellas en Distrito de Coímbra, Portugal

Se trata de un Ibis, ya sabes lo que encontrarás, sin sorpresas. En este caso su ubicación es determinante: cerca del centro histórico de Coimbra, cerca del río y de la otra ribera. La habitación apretada pero completa, con ventana al parque y al río, el baño apropiado. Todo muy limpio. Wifi peligrosa pero potente. El personal correcto. Alguien del equipo resultó más áspero, pero siempre educado. El desayuno (7,50€) presentaba un bufet amplio en el que los fiambres no abundaban, tampoco la comida caliente y los huevos solo ofrecían su versión de cocidos. Es de alabar la posibilidad de comer un plato caliente a lo largo del día (ojo con pedir un café: 1,30€ frente a los 70-80 céntimos que pagabas por allí). Resulta muy cómodo el garaje propio del hotel con ascensor al vestíbulo y habitaciones. Lástima el terrible acceso vehicular (marcado con mil y una rozaduras).

La ubicación es genial: a pesar de no estar tan cerca de los principales atractivos de la ciudad, está en una zona con varias opciones de transporte, además de supermercados y lugares para comer. El precio es una gran ventaja, ya que tiene un buen alojamiento con gran espacio a un precio excelente. A pesar de que la calle estaba bastante transitada, no tuvimos ningún problema con el ruido por la noche. Aunque no había aire acondicionado y hacía mucho calor durante el día, tener las ventanas parcialmente abiertas por la noche era más que suficiente para dormir bien. Requiere atención al detalle en reparaciones que no cuestan mucho y que, por no haberse hecho, acaban dando mal aspecto a una estancia que parece recién reformada: el grifo no está bien fijado al lavabo, una cortina no se puede abrir y el cabezal de la ducha no está bien fijado en el soporte durante el baño. El servicio es muy acogedor, sin embargo, solo para información adicional, tuvimos un problema con la solicitud de dejar nuestras maletas de viaje antes del check-in, ya que llegaríamos a la ciudad por la mañana: sé que esto no es una obligación de el alojamiento, pero una de las razones por las que reservamos este alojamiento fue precisamente porque nos confirmaron que podíamos dejar nuestras cosas en el hotel antes del check-in (que se produce a las 15:00 horas). Eso sí, por norma general no hay nadie en recepción antes de las 12:00 (es decir, hasta esa hora nunca es posible dejar las cosas allí) y el día que fuimos no había nadie ni siquiera hasta las 15: 00; Solo pensamos que pudo haber habido un aviso previo de este detalle o incluso una respuesta cuando intentamos ponernos en contacto, ya que esto trastocó un poco nuestros planes en la ciudad. Entendemos perfectamente las razones aducidas, pero todavía creemos que es justo preocup**** más por la adaptación en este asunto.

Atendimento quase familiar, ambiente calmo, limpeza excelente, localizado numa zona com vista para a foz do Mondego e para o Atlântico. Estacionamento fácil embora seja a pagar durante a semana. Excelente comodidade do quarto para o preço praticado.

Tudo 5* ..menos a Insonorização dos quartos 2.5/5*..limpeza dos quartos muito boa,mesmo o tamanho da cama, e o quarto de banho muito completo Sem dúvida um local escondido que vale muito apena..pequeno almoço muito bom e muito por onde escolher..staff 5* Sem dúvida que recomendo estao de parabéns

Se trata de un Ibis, ya sabes lo que encontrarás, sin sorpresas. En este caso su ubicación es determinante: cerca del centro histórico de Coimbra, cerca del río y de la otra ribera. La habitación apretada pero completa, con ventana al parque y al río, el baño apropiado. Todo muy limpio. Wifi peligrosa pero potente. El personal correcto. Alguien del equipo resultó más áspero, pero siempre educado. El desayuno (7,50€) presentaba un bufet amplio en el que los fiambres no abundaban, tampoco la comida caliente y los huevos solo ofrecían su versión de cocidos. Es de alabar la posibilidad de comer un plato caliente a lo largo del día (ojo con pedir un café: 1,30€ frente a los 70-80 céntimos que pagabas por allí). Resulta muy cómodo el garaje propio del hotel con ascensor al vestíbulo y habitaciones. Lástima el terrible acceso vehicular (marcado con mil y una rozaduras).

La ubicación es genial: a pesar de no estar tan cerca de los principales atractivos de la ciudad, está en una zona con varias opciones de transporte, además de supermercados y lugares para comer. El precio es una gran ventaja, ya que tiene un buen alojamiento con gran espacio a un precio excelente. A pesar de que la calle estaba bastante transitada, no tuvimos ningún problema con el ruido por la noche. Aunque no había aire acondicionado y hacía mucho calor durante el día, tener las ventanas parcialmente abiertas por la noche era más que suficiente para dormir bien. Requiere atención al detalle en reparaciones que no cuestan mucho y que, por no haberse hecho, acaban dando mal aspecto a una estancia que parece recién reformada: el grifo no está bien fijado al lavabo, una cortina no se puede abrir y el cabezal de la ducha no está bien fijado en el soporte durante el baño. El servicio es muy acogedor, sin embargo, solo para información adicional, tuvimos un problema con la solicitud de dejar nuestras maletas de viaje antes del check-in, ya que llegaríamos a la ciudad por la mañana: sé que esto no es una obligación de el alojamiento, pero una de las razones por las que reservamos este alojamiento fue precisamente porque nos confirmaron que podíamos dejar nuestras cosas en el hotel antes del check-in (que se produce a las 15:00 horas). Eso sí, por norma general no hay nadie en recepción antes de las 12:00 (es decir, hasta esa hora nunca es posible dejar las cosas allí) y el día que fuimos no había nadie ni siquiera hasta las 15: 00; Solo pensamos que pudo haber habido un aviso previo de este detalle o incluso una respuesta cuando intentamos ponernos en contacto, ya que esto trastocó un poco nuestros planes en la ciudad. Entendemos perfectamente las razones aducidas, pero todavía creemos que es justo preocup**** más por la adaptación en este asunto.

Se trata de un Ibis, ya sabes lo que encontrarás, sin sorpresas. En este caso su ubicación es determinante: cerca del centro histórico de Coimbra, cerca del río y de la otra ribera. La habitación apretada pero completa, con ventana al parque y al río, el baño apropiado. Todo muy limpio. Wifi peligrosa pero potente. El personal correcto. Alguien del equipo resultó más áspero, pero siempre educado. El desayuno (7,50€) presentaba un bufet amplio en el que los fiambres no abundaban, tampoco la comida caliente y los huevos solo ofrecían su versión de cocidos. Es de alabar la posibilidad de comer un plato caliente a lo largo del día (ojo con pedir un café: 1,30€ frente a los 70-80 céntimos que pagabas por allí). Resulta muy cómodo el garaje propio del hotel con ascensor al vestíbulo y habitaciones. Lástima el terrible acceso vehicular (marcado con mil y una rozaduras).

Atendimento quase familiar, ambiente calmo, limpeza excelente, localizado numa zona com vista para a foz do Mondego e para o Atlântico. Estacionamento fácil embora seja a pagar durante a semana. Excelente comodidade do quarto para o preço praticado.