Tengo que decir que no es la primera vez que estoy en este hotel, de hecho he viajado tanto en pareja como con un niño, pero en este caso he viajado con dos niños, de 8 y 2 años. La experiencia mala, ya que al llegar al hotel me dicen que no disponen de cuna para el bebé porque no cabe en la habitación que nos han dado, y que si me ponen cuna me tienen que cambiar la habitación pero el niño mayor dormiría con nosotros. Y la verdad si es una habitación familiar, debería se bastante más amplia, he ido a hoteles con sólo un niño y las habitaciones eran enormes, con salón incluido, y por un precio similar y la atención fenomenal. Aquí el chico que nos atendió fue bastante desagradable. La habitación muy muy estrecha, intransitable, la silla del bebé había que dejarla nada más entrar lo cual nos impedía abrir la puerta en condiciones y pasar al baño era muy difícil. El agua caliente dejaba de salir a mitad de la ducha, con lo que tuvimos que aclararnos con agua fría, y el teléfono para llamar a recepción no funcionaba. El desayuno, muy escaso, no había nada caliente y la bollería estaba malísima. La verdad que me ha decepcionado bastante ya que tenía otra visión de este hotel, con lo que NO VOLVEREMOS, ni en pareja ni con niños.
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