Usuario invitado
22 de noviembre de 2022
Alojamiento que debió ser años atrás un lugar paradisiaco a escasos metros del circuito de Cheste. Casitas muy curiosas que conforman una urbanización que debió ser bastante bonita. A día de hoy necesita mantenimiento, las humedades, las reformas tipo lavado de cara mal hechas y la suciedad de las colchas en las camas no dan buena impresión al visitante. Detalles como molduras de puertas atornilladas, azulejos del baño pintados, olor a humedad y suelo laminado de la habitación muy desgastado, además de las cochas sucias dan bastante mala impresión. Tanto es así que nos dieron ganas de buscar otro alojamiento. Decidimos quedarnos por la hora y las inclemencias del tiempo. Las sábanas sí estaban limpias, el baño es decente y su limpieza correcta y las camas son cómodas, aunque debajo de ellas salieron a saludarnos algunas pelusas. Por suerte el climatizador funciona muy bien y pudimos dormir con las sábanas y prescindir de las colchas. Cenamos y desayunamos en el restaurante, el precio no fue caro y todo bien. No voy a quejarme porque sería mentir. Mi consejo a los propietarios es que inviertan en el alojamiento porque tienen un lugar que, si saben conservar, puede darles un rendimiento mayor. En el actual estado de conservación quién va una vez quizás no repita, con una inversión de 1000-1500€ a lo sumo por casa se garantizarían la fidelización de la clientela. La crisis ha causado estragos pero salir de ella sin invertir originará más estragos aún.