Usuario invitado
1 de marzo de 2024
La vía de Villamaría hacia el Nido del Cóndor te comienza a dar una idea de la geografía del lugar, agreste, alejado, y por lo mismo, muy natural. El staff del Ecolodge estaba atento a la llegada en el punto de parqueo del vehículo, desde donde sale la góndola que cruza en 17 minutos el cañón del río Molinos. El lugar está ubicado en una "isla" entre dos cañones, y sobre la meseta, con mucho amor se han plantado toda variedad de flores, así como una buena siembra de aguacates. Todo el personal estuvo muy atento de nosotros; los guías, el chef, los meseros y encargados de las habitaciones, y los dueños. Las carpas son muy cómodas, con deck a la entrada y en frente al cañón donde se encuentra el nido de la pareja de cóndores que habitan allí hace más de veinte años. El lugar se presta mucho para el descanso, la meditación, hacer senderismo y observar aves. La pareja de cóndores nos alegró cada mañana con su vuelo muy cerca al lodge.