Usuario invitado
21 de abril de 2022
He estado en Semana Santa. El hotel es pequeño y acogedor, salvo las habitaciones de la tercera planta que solo tienen por ventana jna pequeña claraboya y son muy oscuras. Las habitaciones son agradables y los colchones y almohadas de viscolasticas muy comodos. No obstante, hay cosas que mejorar: 1/ No vendría mal un repaso general a las habitaciones. Pequeños detalles facilmente solucionables mejorarían mucho la imagen del hotel. Por ejemplo, la habitacion tenia solo dos enchufes, uno para la tele y otro para las dos lamparas de la mesilla, que se enchufaban en un unico enchufe mediante un ladrón, y los agujeros que quedaban para cargar el movil no hacia contacto. 2/ A partir de las 21:30 ya no se podia cenar. Segun el personal del hotel por acomod**** a los horarios de los peregrinos, aunque yo no vi peregrinos y no me parece que los peregrinos se alojen en hoteles por regla general (he hecho el camino de santiago). Mas bien es por comodidad de los camareros, yo creo. 3/ La carta es bastante mediocre, escasa y de poca calidad. Segun dice el personal es una carta “práctica” sin productos perecederos (?). En mi opinión pierde mucho nivel un hotel en un lugar tan bonito con una carta tan mala. 4/ El desayuno es bastante bueno para estar incluido en el precio, algo de bolleria, fruta, zumo de naranja (no natural), mantequilla mermeladas y pan y aceite. Pero quedarían muy bien si se ofreciera un segundo café con leche por cuenta de la casa. En resumen, teniendo en cuenta estos peros, por 63 euros el hotel ofrece suficiente calidad comparado con los precios desorbitados de los hoteles en los ultimos tiempos. El entorno es una maravilla y el personal muy amable.