Balneario de Corconte

Hemos pasado 3 noches en este establecimiento con la idea de conocer las Merindades de Burgos. Lo primero que llama la atención nada mas llegar es la solidez del edificio. Construído en los años 20 del siglo pasado en piedra caliza y con aspecto de hotel de montaña. La entrada ya da a entender con lo que te vas a encontrar. Una puerta giratoria de madera de la época y un hall muy ad hoc. Me encantó la campanilla que hay en recepción para llamar a personal. Una simpatiquísima recepcionista nos explicó las características del centro. La habitación para nuestro gusto muy acogedora con 2 amplias camas y un cuarto de baño completo. Lástima de la bañera, alta y resbalona, y de la presión de la ducha (muy floja y difícil para acertar con la temperatura del agua). Esto es lo único que desentonaba. Una amplia cafetería muy bien atendida (personal fantástico). Desayuno muy completo para nuestro gusto. Una soleada y luminosa galería. Un gran salón (de la época) con grades armarios de madera de inspiración francesa. No comimos ni cenamos ningún día en el hotel. Tampoco usamos las instalaciones termales. El entorno del hotel muy tranquilo, junto al embalse de Reinosa y al pie del puerto del Escudo, permite pasear tranquilamente admirando un paisaje de una gran amplitud. Las noches totalmente silenciosas. Amplio aparcamiento externo totalmente gratuito. Una buena eleccion con una calidad/precio muy acertada.

Personal muy amable. Habitaciones amplias. Instalaciones correctas. Ambiente correcto. Desayuno mejorable. Comida y Cena muy buenos. Todo tipo de tratamientos termales, masajes, etc. El edificio y su decoración te hacen viajar a la época de nuestros antepasados, todo perfecto.

Es un edificio antiguo de 1883 con su belleza por ser tan antiguo pero con necesidad de reformas urgentes. Las habitaciones respetan esa antiguedad en sus muebles pero tener bañeras es peligroso por que resvalan. Comida sencilla con raciones tirando a pobres. Poca variacion en fruta. Balneario no funciona los chorros de espalda de la piscina y hay una rampa pronunciada para acceder muy incomoda. Tb necesita una capa de barniz los suelos y la fachada un repasito. Si tiran las ruinas de enfrente y reforman el edificio anexo mejor

Me encanto el ambiente decadente que lo envuelve todo .. Edificio del año 1883 de piedra con algún mueble de la época. El personal de cocina, recepción y cafetería encantadores… Las chicas del balneario nada amables .. Habitaciones amplias pero necesitan una reforma y bastante aislamiento ya que la humedad y su olor característico es permanente. El balneario pequeñito pero con buena temperatura .

Hicimos una noche en el hotel ,la noche del 23 agosto 3 habitaciones reservamos para dos parejas y una persona. De la comida no puedo hablar por qué no cenamos allí el desayuno si me gustó,pero lo que nos pareció carísimo fue que no se pueden entrar a la piscina sino es pagando 10€ y pico media hora y los tratamientos carísimos,hacia un calor infernal y no podías disfrutar de piscina.El día anterior habíamos estado,en un hotel con circuito de spa 1 hora valía 16 € para los clientes del hotel y 20 € y Encantados. Las habitaciones poca luz sin aire acondicionado, escaso de enchufes,las ventanas sin mosquitera o sea los mosquitos te acribillan tuvimos que pedir fly para rociar las habitaciones ya que de noche has de abrir las ventanas,necesita reformarlo. Debería tener acceso a la piscina para los clientes que no quieren tratamientos ni circuitos tan solo refresc**** con el calor,en mi opinión necesita reformarlo.

Llegamos de casualidad, un día de lluvia en pleno julio. El lugar nos sorprendió desde un inicio. La amabilidad de todos los trabajadores del hotel merece un 10. El edificio es pintoresco y monumental (muy bien mantenido), conserva ese aire de principios de siglo, que es parte de su encanto. Los bellos salones y los pasillos, te trasportan en el tiempo. Las habitaciones enormes, corresponden a la parte más reformada del hotel. Cama comodísima de 2x2, cuarto de baño inmenso, suelos de madera...todo en consonancia con el edificio. Cenamos en el restaurante del hotel, que realiza un menú muy agradable, pese a no ser perfecto. El desayuno también merece un notable, al igual que el servicio de bar. En definitiva disfrutamos nuestra estancia. Pensamos que la relación calidad precio es excepcional y ya queremos volver. No es un hotel moderno, es dormir en un edificio con mucha historia, pero muy bien conservado y muy cómodo. En definitiva nos ha gustado mucho!!!.

Un sitio en el que se respira el encanto adquirido con el paso de los años. Personal muy amable, habitaciones espaciosas, desayuno bueno y la zona de circuito termal encantadora. No esperes encontrar un sitio moderno. Es lo que es y que no cambie. Vale que algunas cosas podrían mejorar, ¿pero dónde no?.

Un verdadero sitio con encanto. Al llegar parece anticuado, pero segun te adentras en el balneario se notan los detalles cuidados y el buen mantenimiento de todo lo importante. Se respira tranquilidad y todo el personal es amable y atento. Fuimos a media pensión y el desayuno es completisimo. En las cenas 4 platos a elegir de primer y segundo plato y todos ellos estuvieron muy bien. Mención aparte al masaje relajante de 30 minutos que todavía disfruto de la sensación de placer cuando le recuerdo. La única pena fue no poder disfrutar de la piscina de aguas termales que se encontraba en mantenimiento. Al menos tengo una excusa para poder volver…

Lugar fantástico que te retrotrae a los años 20 del siglo pasado. Todo fue perfecto, habitación, desayuno, cena... Lo mejor, lo mejor fue el trato y la amabilidad del personal, gracias a todos... No utilizamos los servicios de SPA, así que ahí no podemos opinar...