Reservé el mismo día en la mañana, en Hotel Villa del Río al que no venía hace muchos años, pero del que guardaba gratos recuerdos. Lamentablemente ya no es ni la pálida sombra del hotel acogedor y delicado que fue hace años atrás cuando disfrutamos de varios veranos con mis hijas, muy jóvenes en esa época. Hice el Check In a las 21 hrs., tal como lo había avisado al momento de reservar, pero todo empezó mal en la recepción. La encargada, quien más bien parecía un sargento de infantería impartiendo órdenes, me increpó de forma prepotente y autoritaria porque ya me había dicho una (1) vez que debía mandarle el pase de movilidad al correo del hotel y no al whatsapp. Le hice ver que no había razón para tratarme mal por eso y su respuesta fue que si le ponía tantos problemas, entonces no me hospedaría. No seguiré relatando los demás detalles del desagradable episodio, pero debí someterme a la prepotencia y mala educación de doña Fernanda (sin apellido, porque no lo quiso dar) puesto que ya era tarde para ir a buscar otra alternativa; a otra hora lo habría hecho de buena gana. Pero este fue solo el punto de partida del suplicio por el que pagué CLP$129.900.- (eq. aprox. USD$162.) No había botones ni ayudante para subir el equipaje, que no era liviano, a la habitación asignada en el extremo opuesto del hotel. Debí buscar por mi cuenta un carro y llevar todo por mis propios medios; 2.) No había comedor, ni bar, ni nada abierto a las 21.30 hrs. y en la puerta del hotel había un gran letrero que prohibía entregas (delivery); 3.) El frigobar de la habitación estaba vacío, solo tenía dos vasos en su interior. Ni siquiera una botella de agua a la venta, mucho menos de cortesía; 4.) Como dije había un letrero en la puerta del hotel respecto del delivery, pero ese era solo el primero de muchos. En la habitación había otro que ordenaba ir a botar “cualquier desecho” a un contenedor en el pasillo a 30 m de la habitación. (…) También prohibía el letrero usar las toallas para desmaquill**** o limpiar los zapatos. ¿En serio? Sugiero filtrar mejor a su público o en su defecto comprar más toallas. Pero de todos, el que más me gustó fue el que estaba colgado detrás de la puerta del baño y respecto de lo cual no me informó la recepcionista: check out a las 10.30 hrs. (…) Sugiero reemplazar el concepto de “Check Out” por “Expulsión”, lo que estaría más a tono con la intención. Para terminar el día me alegré con una ducha que funcionaba y tenía agua caliente, pero el mamparo de vidrio que cumplía las veces de cortina de baño era de tamaño insuficiente para cubrir el frente de la ducha, tal que el agua se salía y mojaba la mitad del resto del baño, escurriendo hacia la alfombra del dormitorio. Usé un piso tipo salida de ducha para secar, a gatas, el que debí estrujar varias veces. Espero que mi trabajo haya resultado del gusto de la administración. Al día siguiente partí al desayuno que se auto servía en un amplio recinto que más que comedor, parecía un salón de baile
Muy bueno
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