Reservamos 2 habitaciones, tarifa de $320 por noche. Estuvimos 3 noches. La habitación estaba sucia, al recoger un juguete de mi hija encontré comida abajo de la cama. Muchísimo polvo. Las personas del restaurante fueron pesadas, preguntamos si había un carpaccio, aguachile o algo no frito de entrada y nos dijeron que si queríamos eso fuéramos al pueblo. Mi hija boto un poco de comida, le pedí a la mesera si me apoyaba a limpiar la mesa, no lo hizo, se lo pedí 3 veces, lo limpie yo. Pedimos hablar con la capitana, peor. Nos dijo que si el servicio era malo era por que estaban llenos y tenían personal extra. Pedimos hablar con el gerente nos dijeron que estaba ocupado y no nos podía atender. Por mi hija teníamos que desayunar y cenar en el hotel y un día que también almorzamos. Fatal el servicio. La única persona que salvo la estadía fue Teodoro, quien fue super amable y cordial, nos hizo sentir cómodos, nos recomendó buenos vinos. Somos de la ciudad, pero no nos volveremos a hospedar. Ha bajado mucho mucho la calidad.