Hotel San Agustín Beach Club(Hotel San Agustin Beach Club)

El hotel realmente lindo frente al mar, piscinas preciosas, habitación amplia y con vista al mar. Soy vegetariana y el staff todos los días se aseguró de tener en la cena platos para mí. La atención y amabilidad del personal del hotel hacen que la estadía sea realmente increíble. De seguro repetiremos el próximo año!

Hotel familiar! Que es su principal valía! Hotel cuidadoso con el cliente; Recepcionistas estupend@s. Limpieza de 10 en todos los rincones del hotel (Conchi es estupenda), pero todas son muy detallistas y cuidadosas con su trabajo y es de agradecer. El chef, Aridane Socorro, un espectáculo su cocina, su creatividad, su delicadeza en cada plato que sirve, un placer para el paladar. Enhorabuena a tí y a tú equipo! Cenas servidas con mucha ilusión. El equipo de restauración, mejor imposible, desde Elio, (un gran metre, cercano, amable) y todo su gran equipo, cada uno de ellos tiene un Don especial. Gracias por cuidarnos tanto. El pequeño detalle diferencia a este pequeño hotel, su cercanía al cliente, la familiaridad,… Seguro que pronto veremos algún cambio, de mobiliario, piscina,… que está todo muy limpio, pero si es cierto que quizá algo anticuado, pero nada malo para no alojarte en este pequeño rinconcito del sur de de Gran Canaria.

Si lo que buscas es un lugar donde descansar y sentirte como en casa, el San Agustín Beach Club es tu hotel. Situado al pie de la playa de San Agustín, con acceso directo a la misma y desde el que se puede disfrutar de unas maravillosas vistas al Atlántico, se encuentra en una zona muy tranquila y apacible. Desde que pones un pie en él se respira un ambiente de tranquilidad y todo se mueve a otro ri**o. Para empezar, dispone de un espacioso aparcamiento gratuito justo a la puerta en el que rara vez hay problemas para encontrar plaza. Hay un pequeño centro comercial cerca, aunque la mayoría de establecimientos cierran muy pronto, por lo que si quieres tomar algo después de cenar tendrás que acercarte a Playa del Inglés, a una media hora caminando por un agradable paseo marítimo o a unos 7 minutos en coche. Nosotros llegamos a primera hora de la mañana y no tuvimos que esperar ni un minuto por nuestra habitación, lo que es muy de agradecer teniendo en cuenta que lo normal es que no puedas acceder a ella hasta bien entrada la tarde. La decoración tanto de las zonas comunes como de las habitaciones es clásica, y aunque el mobiliario está muy bien cuidado necesita una renovación, pues resulta poco funcional. Sería fundamental la instalación de más enchufes (a nosotros nos prestaron una regleta en recepción y así pudimos apañarnos) y de cortinas de oscurecimiento, ya que afecta a la calidad del sueño puesto que hay mucha claridad desde horas muy tempranas. La caja fuerte es de pago, algo cada vez menos frecuente en este tipo de hoteles. En cuanto al baño, dispone de una bañera con mampara que ajusta a la perfección impidiendo que salga el agua, aunque no estaría de más cambiarla por un plato de ducha, mucho más cómodo. También convendría instalar secadores de pelo más modernos y con mayor potencia. Las habitaciones y baños son amplios y aparte de toallas también te ofrecen albornoces. En nuestro caso nos alojamos en una habitación con vistas al jardín pero desde la que también podíamos ver el mar y escuchar el sonido de las olas cuando caía la noche. Los desayunos y cenas se convierten en todo un espectáculo, ya que se sirven en la terraza, justo al lado de las piscinas y con maravillosas vistas al Atlántico, excepto la cena de los jueves a las 7 de la tarde, que es la cena de gala y se sirve en mesa en un comedor interior que quiere imitar a un barco. Las cenas de miércoles y domingo son buffet con cocina en vivo, el resto consisten en un menú servido en mesa que consta de dos entrantes, un pescado, una carne y un postre. La comida es muy variada y de gran calidad. Las cenas son amenizadas cada día con algún tipo de espectáculo musical. También se puede comer en la cafetería de la piscina, aunque sería de agradecer que se incluyeran los almuerzos en la media pensión para poderlos intercambiar por las cenas, ya que su horario es un poco temprano para las costumbres españolas (el segundo y último turno es a las 20:30 h). A nosotros se nos dijo por

Hotel pequeño,en el que todo el personal es especialmente atento,para hacer nuestra estancia inmejorable.Llegamos tarde,por el vuelo,y nos tenían preparada una cena fria completa en la habitación.Todo un detalle!!. El desayuno era tipo bufet,muy completo.Las cenas,la servían personalmente,eran dos primeros,dos segundos más postre,a excepción de dos noches que eran bufet.Parking bien.Habitacion grande,camas bien.Nos gustó el jacuzzi de la piscina.Hay qué poner un depósito de 150 euros al llegar,sin problemas para recuperarlos..Había actuaciones todos los días en la cena. Lo recomendaría sin dudarlo.

Hotel muy bonito y agradable que no le falta de nada, muy bien situado a pie de una playa muy buena, ideal para ir desde la península porque te dejan toallas, y las tumbonas de la piscina están disponibles. y muy cómodas. El personal excelente, muy amables y atentos. Teníamos que entrar a las 15.00 pero llegamos tres horas antes y aun así nos dieron la habitación, el día de la salida nos dejaron otra con ducha y un cuarto para guardar las maletas. La habitación muy bien equipada de ropa y muy cómoda. Tuvimos un pequeño percance con el aire acondicionado pero enseguida lo arreglaron. El bufet muy bueno, completo y abundante.

Magnifico hotel con cálidas habitaciones y con acceso directo a la playa. Desayuno buffet muy bueno y cenas con menú servidas en mesa. Gracias gracias gracias por haberme hecho pasar una estancia tan agradable. Quiero resaltar el trato de su personal ha sido de lo más amable y cercano preocupándose por qué estuviéramos pasándolo bien en todo momento. Gracias Margarita, Elian, Eduardo, Marco, Elio, Linda y que me disculpen los demás no sé el nombre de todos. Volveré !!!