Hotel Residence Spalena

No es para nada un hotel de 4 estrellas, es un bloque de apartamentos con una recepción hasta las 21:00 horas. El apartamento es grande, sin embargo, el sofá cama es un sofá extensible pero que no se puede dormir. Es muy duro y delgado y tiene desnivel en mitad de la espalda, por lo que te levantas con dolor de espalda y sin haber dormido. Deberían explicar que sólo pueden dormir niños pequeños en el sofá. El hotel a las 21:00 no dispone de recepción ni de personal. Te dan un teléfono para llamar por si pasa algo pero no está operativo. La ducha, a los pocos minutos de funcionar pierde presión de agua y sale agua fria. Lo comentamos en el hotel y por escrito nos dijeron que el técnico fue a mirarlo y estaba todo bien. Pues no lo estaba señores, nos pasó a los 4 adultos. Dudo que el técnico estuviera rato mirando si perdía o no presión. Pagamos el apartamento con desayuno. En las fotos del hotel aparenta ser un desayuno tipo buffet y no es así. El hotel comunica con el restaurante de al lado y una vez allí te dicen que escojas un único plato muy pequeño y básico tipo sandwich, tortitas y un café o zumo. Así que no vale la pena puesto que desayunas muy poco. Las personas de recepción (sólo una por dia) es bastante antipática, tan sólo te contesta brevemente pero en ningún momento empatizan o muestran una sonrisa. Fuera del apartamento, la instalación deja mucho que desear, sólo son dos pasillos bastante sencillos.

Habitación-estudio amplia, con mucha luz y un gran ventanal. Camas muy cómodas. Tenía una pequeña cocina con lo suficiente (aunque el menaje era un poco escaso) para cocinar, con una nevera grande. El baño muy amplio, Tenía lavadora. Todo muy limpio y nuevo. Muy cerca del centro, a 10 minutos andando, con varios tranvías y metro en la puerta. Lo único que no me agradó fue el ruido del aire acondicionado. Lo recomiendo para pasar unos días en Praga.