Usuario invitado
19 de julio de 2022
En todo, las instalaciones, las excursiones, los guías, la comida, la limpieza, se nota que gastan lo mínimo imprescindible y su única finalidad es enriquecer rápidamente. En un lugar a 40 km de la población más cercana, con 1 hora de viaje por carretera de tierra casi intransitable, donde es imposible ir a por una botella de agua, tienen la indecencia de cobrarla al triple del precio que en un supermercado! 9R$ la de litro y medio! Es indecente! Los guías no abren la boca, son meros empleados cuya función es solamente la de transportar a los turistas. En las habitaciones, por no tener, no tienen tele, ni secador de pelo, es cierto que es un hotel rural, pero como mínimo deberían tener perchas para la ropa y una simple papelera, y de vez en cuando pasar una escoba para quitar las telas de araña. La comida, deplorable. En un país como Brasil, con unas frutas riquísimas, te ponen piña, melocotón y higos EN ALMÍBAR!! Natural solo sandía. La cocina es de total aprovechamiento, los filetes de hoy se transforman en el estofado con patatas de mañana y en albóndigas pasado mañana. Las ensaladas son una fuente de tomates en rodajas y otra de lechuga picada, que al día siguiente se transforman en tomate picado revuelto en la lechuga picada y un poco de remolacha de bote. Y lo peor, hubo un accidentado y la Pousada no dispone ni de equipamiento de primeros auxilios, ni de nadie con un mínimo de conocimientos para auxiliar, y lo más grave todavía, tampoco se dan mucha prisa en organizar el traslado del accidentado al centro de salud más cercano. Experiencia desastrosa, no lo recomendamos de ninguna manera!