Elegimos este complejo para pasar unas vacaciones en familia. Inicialmente ocupamos una villa de 4 habitaciones (éramos 6 adultos y un niño) y posteriormente pasamos a un apartamento de 2 habitaciones dado que dos adultos marcharon antes. Quisiera destacar como punto fuerte del hotel sus instalaciones, así como la amabilidad de su personal (recepción, piscina, mantenimiento, restaurante). El problema es que todo ello quedó empañado por las estrictas normas, en muchos casos absurdas, establecidas por parte de la Dirección y que utilizaban la prevención de la Covid19 como argumento. Ejemplos: -El recinto de la piscina se encuentra situado en el centro del complejo, habiendo accesos al mismo por múltiples puntos, de modo que se puede acceder a ella caminando pocos metros desde la mayoría de villas y apartamentos. Sin embargo TODOS los accesos salvo uno, situado junto a la Recepción están cerrados, por lo que todos los huéspedes que desean acceder o salir del recinto de la piscina deben hacerlo por el mismo punto, lo cual no solo no es una medida de control y prevención frente a la Covid19, sino que llegado el caso supone un aumento del riesgo de contagio al concentr**** toda las personas en un mismo punto sin que pueda garantiz**** la distancia de seguridad entre ellas. Lo comentamos desde el día de nuestra llegada al hotel al personal de Recepción, dado que 3 de los que viajábamos somos médicos y nos ha tocado organizar y posteriormente trabajar en una Unidad de aislamiento hospitalario para pacientes diagnosticados de Covid19, desde donde adquirieron el compromiso de trasladar la petición a la Dirección del hotel, pero 6 días más tarde, cuando nos fuimos, las cosas seguían exactamente igual. -lo mismo o peor, ocurre en la propia piscina, que ha sido vallada por completo, habiendo un único acceso de unos 2 metros tanto para los que entran al agua como para los que salen, con el riesgo añadido de que en este punto la gente va sin mascarilla. -otra de las normas establecida es en relación al cambio de las toallas de la piscina, que han de entreg**** al socorrista, el cual las intercambia por unas tarjetas, que han de llev**** a recepción, donde, tras verificar que las toallas han sido entregadas al socorrista (¿?) te entregan otra tarjeta, para nuevamente ir a la piscina a que el socorrista te facilite unas toallas limpias. En conclusión, mejor no cambiarlas. Otros inconvenientes que observamos fueron: -el horario de la piscina: la hora de cierre era a las 18:15. He estado más de 30 veces en las Islas Canarias (desde 1990), y nunca, ni siquiera fuera de temporada, la piscina la han cerrado a las 6 de la tarde. -las hamacas han de ser reservadas previo a su uso (lógico para desinfectarlas entre unos huéspedes y otros) pero el sistema de reservas es muy poco operativo. Hay dos turnos: uno hasta las 14 y otro desde esta hora hasta el cierre. El problema que solo puedes reservar un turno diario, lo cual unido a que hay gente que reserva y no hace
Fabuloso
78 Comentarios