La Posada de Barro

Acogedora posada, atendida por sus propios dueños, lo cual la hace destacar en el cariño de su atención y servicio. Un lugar para repetir y recomendar. Desde que pones un pie dentro, te abraza el confort y la calidez de la posada y su personal. Tienen sidrería y una riquísima cocina.

Fuimos a comer y con más de 6 mesas libres nos han dicho que no hay mesa para 4 ( dos adultos y dos niños). Parece que en esta zona es necesario reservar. Nos ha pasado ya en varios lugares, estado prácticamente vacíos nos dicen que no, que está todo reservado.

Mi experiencia en la Posada ha sido excepcional. He celebrado el bautizo de mi hijo y no podíamos haber escogido otro sitio mejor. El trato ha sido excelente por parte de las propietarias y la comida nos dejó sin palabras. Parte de los invitados eran de Cantabria y quedaron asombrados con la buena comida casera que nos pusieron. Unes fabes con almejas de 10 y de Segundo cabritu guisado con patatinas que se deshacía en la boca. No me puedo olvidar del entrante!! Un pastel casero que nos dejó sin palabras y, por supuesto, su tarta especial de turrón suave y con un sabor riquísimo. Tuvimos dos niños a los cuales les ofrecieron lo que a ellos les gustase sin ningún problema. El trato ha sido el más atento, amable y cercano que se puede pedir en un restaurante. Muchas gracias por vuestra amabilidad. Volveremos pronto