Climber60256373755
6 de septiembre de 2023
Teníamos altas expectativas respecto a la estancia en este hotel tan diferente y con un restaurante Michelin. Por un lado, el restaurante cierra varios días en semana por lo que sólo nos dieron la opción de adquirir una cesta de picnic por 29€/persona para comer por allí, o hacernos reserva en algún lugar externo . Por otra parte, al reservar con niños, nos dieron una habitación prefabricada en una especie de sótano que nos provocó una desilusión y donde las camareras de piso dejaban el carrito de la limpieza. En un sitio tan bonito y con vistas como las que hay incluso desde los pasillos, nos sentíamos en el trastero. La habitación, con una pequeña ventana, daba a un tejado de uralita donde depositaban la basura con el consiguiente ruido. El desayuno.... ni mencionarlo. De hecho tuvieron el detalle de no cobrarnos el de los niños. Apenas había nada. Pan, mermeladas, mantequilla, un bizcocho, yogures y zumos de bote. Ni fruta, ni bollería, ni cereales (sólo con flakes y avena), ni embutidos ni nada de nada .... una vergüenza la verdad. Jamás en todos los hoteles que he visitado hemos visto un desayuno tan pobre y exiguo. Lo mejor ha sido la visita nocturna a la Abadía, prerrogativa que tienen los huéspedes y que resultó una agradable experiencia. Lamentablemente no puedo darle más de 3 estrellas. Recomiendo menos mininalismo a la hora del desayuno y atender a las familias con niños del mismo modo que al resto de huéspedes con habitaciones más ventiladas y mejor ubicadas.