Las imágenes no tienen nada que ver con lo que luego te vas a encontrar. Realicé una reserva de una habitación superior, que resultó ser una habitación ”normalita” de hotel, no de un 4 estrellas. El hotel tiene potencial, pero desde mi punto de vista no lo saben explotar, las instalaciones están un poco dejadas, ancladas en el pasado. Los muebles, colchones, etc, se nota el paso del tiempo y la limpieza del exterior del hotel, capilla, etc, bastante mejorable. El hotel está publicitado en la carretera con un gran cartel. A medio camino, cuando empiezas a descender, aparece un cartel con un nombre diferente, te hace dudar de si te has perdido o si te has metido en un viñedo equivocado. Continuas bajando la estrecha carretera (solo cabe un coche y no hay sitio para maniobrar, es un viñedo en una de las laderas de la montaña) entre viñedos y de repente te encuentras un edificio iluminado, pequeño que parece una tasca con el nombre en la fachada del hotel, pero sin rastro de señañización. Sigues bajando por la estrecha y sinuosa carretera de adoquines y finalmente llegas a un indicador que pone parking, pero ninguna luz ni indicador de hotel, ni nada. Con una iluminación escasa, sabemos que la luz está cara, o por lo menos en España, pero una iluminación de los accesos y de los alrededores del propio hotel no estarían mal. Nuestra impresión nada más bajarnos del coche fue la de un hotel de los que llamamos en España ”picadero”. La habitación como he indicado antes, básica, simple, se correspondía más con las de un IBIS de dos estrellas que con las de un hotel distinguido en una quinta. Los muebles negros, se les notaba el paso del tiempo y la decoración, nada que ver con las de las fotos que se muestran. El desayuno bufe (un poco escaso para un cuatro estrellas, nuevamente parecía el bufe de un IBIS Style) y su personal, parecía que le faltaba ganas de trabajar, poca pro actividad y empatía con el cliente. Le salva las vistas, aunque tienes que esperar a la mañana siguiente porque ni siguiera los alrededores del viñedo están iluminados, ves una quinta abajo, en la carretera, bien iluminada y que invita a entrar, no como en Quinta Casaldronho. En definitiva, el hotel tiene potencial, pero no han sabido explotarlo.
Fabuloso
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