Usuario invitado
9 de abril de 2024
Con mi hijo de 10 años y nuestro perro disfrutamos todos por igual y de una manera impoprtante y a veces inperceptible, el contacto con la naturaleza en todo su potencial (bosques nativos, cultivos agroecológicos, agua, aire puro, animales, atardeceres, fogatas...), logrando realmente conmover nuestro cuerpo y mente recordándonos cuanto necesitamos este tipo de espacios para descansar y resetear tanto estrés y desconexión de lo verdaderamente importante para nuestra salud y bienestar. No se pierdan los 2 tours por los cultivos y bosques, la fogata en las noches, las clases de cocina regenerativa y todos los planes que ofrecen.