Tenía una reserva para tres noches en el hotel Pyramisa Isis Corniche. Al llegar, el hotel ha cambiado de nombre y pertenece a otra compañía; no me informaron. De allí llaman a este hotel y confirman la reserva en Pyramisa Island. Después de este cambio sin aviso previo, vamos al barquito que nos lleva en muy pocos minutos al hotel. Afortunadamente, el barquito va y viene continuamente, por lo que vas y vuelves sin estar sujeto a ningún horario. Nos alojan en el edificio principal, parece que es mejor que los edificios anexos. La habitación da a la parte posterior: al desierto, con un terraza grande donde contemplar tranquilamente unas puestas de sol increíbles. La habitación es muy amplia, con el baño reformado y en buenas condiciones. El desayuno se sirve en un gran comedor de la planta baja, se trata de un buffet muy amplio y muy variado, estupendo para quienes nos gusta comenzar el día con un desayuno fuerte. Las vistas del Nilo desde la cristalera al amanecer son muy bonitas. El hotel cuenta con piscinas, pero en invierno las temperaturas no son adecuadas y a mediodía estamos con las visitas, lógicamente. Hay salones donde pasar un rato, jardines, terrazas donde fumar y tomar algo; también hay restaurante, pero comí y cené en Asuán. La wifi en el hall iba bien, pero no en las habitaciones. Al ser los últimos días del año había muchos huéspedes, por lo que el personal no paraba. En todo momento se mostraron muy amables. Fui dos días a Abu Simbel, como no encontré habitaciones disponibles en el mismo hotel, reservé en otro de Asuán para la vuelta. Aquí guardaron las maletas hasta la vuelta de Abu Simbel, sin ningún problema. Se ve un hotel grande, ideado para turismo familiar, al que la crisis ha afectado, como a todos los establecimientos en Egipto. Para mí, después de varias experiencias aquí y en otros países, Egipto es el destino ideal para las Navidades, si no optas por la nieve y el frío.
Fantástico
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