Usuario invitado
16 de marzo de 2022
Bellísimo hotel ubicado en una casa colonial, exquisitamente restaurada, conservando los espacios originales y con una decoración acorde a su estilo. Se encuentra en la esquina de la Plaza de Santa Bárbara, donde está la iglesia de su mismo nombre, en la mágica Albarrada, o avenida del río, gozando de una espectacular vista del río desde su bello zagúán y sus grandes ventanas. En la parte central de la casa hay un hermoso jardín, contiguo al corredor que conduce a las habitaciones del primer piso, Además tiene una biblioteca climatizada y acogedora, en la cual puedes leer un libro o cumplir con algún compromiso laboral o académico de última hora. La piscina, rodeada también de un lindo jardín, invita a refresc****, aunque la casa en sí es bastante fresca. Las habitaciones son muy cómodas, amplias, lindas y limpias, con excelente climatización. No puedo dejar de mencionar al personal, que es atento, cálido y amable, te hacen sentir en casa. Imposible olvidar la sonrisa y disposición de Jacob, la atención y orientación de Dayana y el café de María, quien además prepara un desayuno casero delicioso, en el que no falta el queso momposino. Sin duda, regresaríamos.