En el último día de Polonia, entré en el campo de concentración de Stutthof. Una vez, en una innumerable guerra de extinción en películas de la Segunda Guerra Mundial, como la Lista Sindler, la Bella mente, el piano, etc., me dio cuenta de que la película de cine era extremadamente cruel y que no había más que silenciar ante la realidad.
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En el último día de Polonia, entré en el campo de concentración de Stutthof. Una vez, en una innumerable guerra de extinción en películas de la Segunda Guerra Mundial, como la Lista Sindler, la Bella mente, el piano, etc., me dio cuenta de que la película de cine era extremadamente cruel y que no había más que silenciar ante la realidad.