La primera vez que vemos pingüinos, no en la Antártida ni en Madagascar, sino en Sudáfrica. La pequeña ciudad de Simon, en Cabo, Sudáfrica, con animales de la especie, pingüinos, que viven aquí desde su infancia, y las playas se convierten en su lugar, y los turistas no pueden acercarse. Ahora, a pocos metros de distancia, se siente adorable, cada uno con pies y pies en el camino, y es fácil de atrapar.
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La primera vez que vemos pingüinos, no en la Antártida ni en Madagascar, sino en Sudáfrica. La pequeña ciudad de Simon, en Cabo, Sudáfrica, con animales de la especie, pingüinos, que viven aquí desde su infancia, y las playas se convierten en su lugar, y los turistas no pueden acercarse. Ahora, a pocos metros de distancia, se siente adorable, cada uno con pies y pies en el camino, y es fácil de atrapar.
别不相信,开普敦也有一个海上小火车,从市中心一路南下,开往企鹅小镇西蒙镇。只用4元,就能乘上车,遇到喜欢的地方就下车,一路上没人会检票,全部靠自觉。听着火车哐当哐当的声音,遇到过一个腼腆的警察,害羞的和我们招手打招呼,遇到过一个嗓门很大的零售小贩,待我快睡着的时候一声叫唤把瞌睡全部赶跑;遇上一个带着吉他歌唱的流浪者,一上车就自顾自的对着风景弹唱。在这里,每一个都是怪人,每一个人都标新立异,但是又无比和谐的相处着。自由和多元,变成了开普敦独特的标签,你不怕没有存在感,你的存在都会得到回应。