Usuario invitado
28 de febrero de 2022
El hotel es un rincón del paraíso en la sierra de Morafa, rodeado de la preciosa dehesa portuguesa. El espacio combina lo rústico y tradicional con lo contemporáneo y lo minimalista creando un ambiente único y acogedor. Las habitaciones, cómodas y espaciosas, permiten disfruta desde la terraza de vistas a las montañas vecinas. En el entorno se puede ir de excursión o visitar las aldeas históricas de Almeida y Castelo Rodrigo. El restaurante es magnífico, con un jovencísimo chef al frente, y ofrece menú a la carta o dos menús cerrados por 29€ o 40€ respectivamente (vino incluido). El desayuno espectacular, con bizcocho casero, huevos con beicon, mermeladas caseras, fruta recién cortada, embutidos y quesos. En recepción venden su propio vino (que se puede degustar en el restaurante) y otros productos como polen y miel. Todo el personal del hotel es atento, amable y servicial (hablan español). Está a sólo cuatro horas de Madrid y a pocos kilómetros de la frontera con Salamanca. Un rincón de ensueño al que volver sin parar.