Usuario invitado
6 de diciembre de 2023
El hotel está un poco apartado del centro, cerca del parque de atracciones del Prater, a unos 10 minutos caminando. Hay parada de metro a 5 minutos y desde ahí en un momento se llega al mismo centro de Viena, por lo que la situación del hotel no fue un problema al estar bien comunicado. También hay cerca sitios para comer. En cuanto entramos al hotel, ya el Hall nos encantó, la decoración moderna y elegante. Lleva abierto un mes y medio y se nota que es nuevo, está todo en muy buenas condiciones. En recepción nos atendieron de maravilla y muy amablemente. Todo el personal siempre con buena cara y dispuestos a facilitarnos cualquier petición que tuviéramos, tanto en recepción como en comedor. La habitación también decorada de forma moderna y elegante. La cama comodísima y con un edredón que proporcionaba bastante confort y calor, con dos almohadones muy suaves y cómodos. La limpieza muy correcta. El desayuno también bueno, productos de buena calidad. Dos de los días de nuestra estancia, teníamos excursiones contratadas y había que salir muy temprano, antes de que abriera el comedor, y nos prepararon dos bolsas con un sándwich, yogur con cereales, una fruta, un zumo y una chocolatina, para que pudiéramos desayunar fuera del hotel. Muy buena relación calidad precio. En resumen, nos encantó el hotel, si alguna vez volvemos a Viena, con toda seguridad elegiremos de nuevo el mismo hotel. Como punto final, destacar la atención de Antonio y darle las gracias por hacer nuestra estancia aún mejor, pues estuvo pendiente de que todo estuviera a nuestro gusto y nos dio recomendaciones sobre Viena.