Usuario invitado
24 de agosto de 2021
No podemos sino escribir buenas cosas de este magnífico hotel. Ubicación: simplemente perfecta. A un paso del casco histórico sin las molestias que siempre trae qued**** en esas zonas. Lo mismo se puede decir de la zona de la estación central de ferrocarriles, que está muy cerca, pero cuya área de influencia característica de estas zonas en todas las ciudades no le afecta. Además bien comunicada por metro y tranvía. Las habitaciones: pudimos disfrutar de dos de ellas durante nuestra estancia. Ambas elegantes, silenciosas y cómodas. El espacio público dentro del hotel: bonito y ameno al compartir espacio con un restaurante bien reputado que también hace de comedor para el desayuno. El desayuno: magnífico. La limpieza: perfecta. Y ahora, un espacio especial para el personal: nunca he visto en ningún otro hotel, tanta amabilidad y una atención tan esmerada de parte de absolutamente todo el personal. Ellos solos merecen 5 estrellas. Para los hispano-parlantes, tendrán la atención y asesoramiento de Mathias que, además, habla un castellano perfecto. En definitiva, recomendamos este hotel para una estancia deliciosa en Estocolmo.