Usuario invitado
8 de mayo de 2024
Me alojé en una habitación individual situada en el centro de Siena, a unos cientos de metros de la Piazza del Campo. La entrada al edificio se realiza desde un pequeño patio ciego (un poco "inquietante") adyacente a una pequeña plaza. Se accede a un largo pasillo desde el que se accede a las distintas estancias. Habitación pequeña con "rincón del lavabo", cama con una manta manchada y llena de agujeros, mesa pequeña en la que no podías sentarte debido al espacio muy estrecho entre la cama y la mesa, pantalla a la que le faltaba la pantalla. Baño minúsculo (¡nunca había visto un baño como este!) sin ventana, con inodoro, bidé y cabina de ducha con cierre plegable que sólo se podía utilizar después de cerrar la puerta del baño. Falta de plato de ducha (el desagüe estaba directamente en el suelo). En definitiva, ¡claustrofóbico! La sala da a la pequeña plaza que se convierte en un lugar de encuentro por la noche, ya que enfrente hay una vinoteca con mesas al aire libre. Imposible descansar hasta tarde debido a la vida nocturna (me quedé un sábado por la noche). Hay una cocina compartida disponible. ¡No me atrevía a tocar nada más que una cacerola donde solo calentaba un poco de agua caliente! Por otro lado, la persona que gestiona la estructura es de gran ayuda. El desayuno ni siquiera estaba incluido en el precio. No creo que vuelva allí otra vez
Texto originalTraducción facilitada por Google