Abadía Retuerta LeDomaine(Abadia Retuerta LeDomaine)

Experiencia extraordinaria en Abadía Retuerta ,limpieza absoluta,personal extraordinario, instalaciones perfectamente conservadas, atención a la llegada, experiencia en bodega y cata perfectas.Para desconectar unos días no lejos de Madrid el lugar perfecto. Soy enamorada del vino blanco y tienes unos de los mejores de España sin duda y las opciones de tintos extraordinaria.Volvere sin duda

Una experiencia inolvidable. Esta maravillosa abadía del siglo XII fusiona historia, arte, jardines espectaculares y saber hacer vitivinícola con confort, bienestar y gastronomía al más alto nivel. Además, su spa es una joya y el Masaje Le Domain Personalizado de su terapeuta Paqui realmente eleva el concepto del masaje a otra dimensión. Excepcional.

Fuimos a ver el hotel por dentro y a tomar un café. El sitio muy tranquilo. Tanto que en la cafetería no había nadie y tuvimos que ir a buscar quien nos sirviera. Un cortado 7 euros y una caña 12 (ni un picoteo ni nada,tal cual). Para pagar tampoco había nadie y tuvimos que ir a recepción a buscar al personal. El lugar es bonito pero no merece la pena por los precios que tiene.

Una experiencia espectacular e inolvidable, un equipo comprometido con la excelencia, desde ya esperando con ansias repetir !

Nada más llegar, la entrada con el camino de árboles y la lavanda y el edificio al fondo resulta diferencial. El servicio es de lujo, como se espera en este establecimiento, y reciben muy agradables recogiendo las maletas y ofreciendo una toallita y un muy buen mosto. Tras enseñarnos la habitación, acudimos a almorzar a la Vinoteca, un espacio cálido, donde nos encantó la cecina de buey El Capricho y un risotto con espárragos y champiñones excelente. Merece la pena disfrutar de su vino Pago de Valdebellón y el pan de masa madre de su obrador. La iglesia, que es visitable a casi cualquier hora, es otro espacio a descubrir, tanto durante el día como con las velas que colocan por la noche. Y en el bar con piano en torno al claustro y sillones de cuero merece la pena tomar una copa y disfrutar del espacio. También probamos el spa, con un muy buen profesional que explica todas las opciones de circuito y tratamientos, y a destacar las duchas de experiencias, como la vaporizada de lavanda. Con el calor que corresponde a esta época, es otro placer disfrutar de la piscina al aire libre, con un socorrista muy agradable, sombras y hamacas cómodas. La cena, en el jardín del claustro, fue también muy agradable y a destacar la chuleta de vaca de 40 días con pimientos del padrón y patatas fritas, una carne que pedí al punto, de enorme calidad y muy bien hecha. Correr por la mañana junto a los viñedos, viendo además a los trabajadores que los estaban poniendo a punto a primera hora, es otra experiencia única. Lo único que no nos gustó fue el desayuno, también en el espacio de jardín del claustro. Había chicos muy jóvenes e inexpertos, bastante lentos, venían con la bandeja temblando, transmitían que estaban poco maduros para un servicio de lujo. Viva la juventud y todos hemos empezado algún día, pero no todos juntos en un establecimiento así donde vendes excelencia. Un desayuno a la carta tiene que ser dinámico y estar atentos a que no falte de nada. Pusieron el pan y el croissant, a los 10 minutos la mantequilla cuando el pan estaba frío... y así todo. Si mejoraran esto, experiencia lo más perfecta que se puede ofrecer en un hotel. Detalles como minibar gratuito, bienvenida con crema de queso y cerezas y una botella de vino.

Es un lugar único con un personal excepcional, su amabilidad y atención hacen que tu estancia sea aún más maravillosa. Es un hotel donde disfrutar de la tranquilidad y paz que transmite. Además de su cocina exquisita y cómo no su gran bodega. Ofrecen servicios únicos por lo que la experiencia es igualmente única. En esta ocasión me quedo con el maravilloso concierto de piano en el salón chimenea.

Un lugar idílico en un enclave natura y de disfrute, con un servicio y una calidad de las instalaciones y servicios de otro planeta. Pensado por y para el confort, el disfrute y la excelencia. Volveremos 200%.

Maravilloso desde que llegas, es un sitio espectacular y el trato también lo es, el personal es super amable y cuidan todos los detalles. La habitación espectacular, no le falta detalle, es la excelencia en todo, comida fantastica (2 soles Repsol) la visita a las bodegas también muy recomendable y el spa también esta genial. Creo que es un 5 estrelas en toda regla, relax en estado puro. Y lo mejor la abadia que es preciosa

Excepcional tanto el hotel como el almuerzo en el restaurante. Una Estrella Michelin se le queda muy corta. Las instalaciones son una maravilla. Hotel sobrio y acogedor. La calidad y cuidado se perciben por todas partes.