Después de pasar unos maravillosos días en un pequeño hotel de Los Ángeles para, comenzar nuestra luna de miel, partimos con la misma o mayor aún ilusión hacia San Francisco, al hotel Petite auberge... El hotel resultó ser el hotel de los horrores. Al llegar nos, atiende una señora que ni por asomo es multilingual, hablaba un mal inglés... Y sin ninguna intención de hacerse entender por ninguna vía. Cuando con el traductor de Google conseguimos entender algo nos da la targeta para, entrar a la habitación 32,la habitación más sucia, y destartalada, que vi nunca, un habitación del horror. Era pequeña, tanto que pasábamos de lado alrededor de la cama, también pequeña, en el suelo de moqueta sucia habían cables de aparatos eléctricos, la televisión que no funcionaba bien había que esquivarla para acost****, las vistas a una pared sucia y oscura de ladrillo que tapaban unas cortinas imposibles de tocar de la suciedad que albergaban. El baño no era tal, solo había un aseo con una pequeña ducha. Pero lo peor fue descubrir que lo que sería el armario estaba despiezado, sin puertas, sucio y pequeño, en el que no cabía ni la ropa de un niño. Ante todo este despropósito bajamos a” hablar ” con la sra de recepción y le advertimos, que esa no era la habitación reservada, y nos dice que no tenía otra..” no vacancy ”.. Y tras volver a mirar la reserva nos dice que...” ”Tomorrow”.. Porque efectivamente no era, esa habitación la que nosotros quisimos reservar y que vimos por la web. Pasamos, esa noche en ese cuartito sin deshacer maletas, pues como nos cambiarían a la nuestra al otro día.... Desayunamos y salimos con las maletas y nos dicen que hasta, las 3pm no nos, dan la otra que están limpiando. OK, esperamos en el salón, porque no hay nadie en recepción, ni hay guardaequipajes. Eran las 5 y nadie nos daba ni habitación ni explicaciones. Desesperados por ir a comer y descansar y empezar nuestras visitas no encontramos forma de comunicarnos con el hotel, nadie nos atendía, y con el cambio horario no podíamos llamar a España ya, a la agencia de viajes. Mi marido incluso busco alguien en la calle que le pudiera ayudar a traducir al recepcionista, del hotel hermano CISNE BLANCO. Al final otro huésped, que tampoco estaba cómodo en el hotel, se ofreció ha hacernos de traductor. Después de hacerles entender nuestra situación nos ofrecen una, solución. Pasar a ese hotel para hacer la estancia. Nos ponen en una habitación. Limpia si, más grande sí, no funcionaba la tele si, pero nos daba ya igual. Pudimos ir a comer a las 6 de la tarde. Y ya poco más un día perdido en san francisco. A la mañana siguiente, la, sorpresa fue mayúscula. Estando desayunando, nos, advierten de que debemos, dejar la habitación de nuevo, pues ya, está reservada y debemos volver a la anterior, pedimos poder llamar a España a la persona que estaba en recepción que SI HABLABA ESPAÑOL, nos dice que no es posible, que no pueden hacerlo, nos lo niegan. Nosotros no teníamos rooming y no podíamos lla
71 Comentarios