El hotel es viejo (que no antiguo) y está descuidado por completo. Se nota que o bien hay poco personal o el que hay no está pendiente de su trabajo. Recepción: sin sonrisa ni amabilidad. Si te cruzas a alguien por el pasillo ni te miran ni saludan. Responden a tus consultas pero no pidas mucho porque parece que molestas. Por las tardes había una especie de merienda-coffee break con café, galletas y mandarinas. A medida que iba pasando el tiempo se acumulaban vasos, restos de galletas y piel de mandarina por todas partes y podía estar así durante horas hasta que alguien lo recogía. Spa: hay que pagar aparte. Son 10€, no pasa nada. Dentro parece que está todo bien excepto por el hecho de que no hay limpieza y se acumulan decenas de toallas por todas partes, vasos y copas de los huéspedes que van pasando, etc. Tampoco hay carteles que indiquen las normas de higiene que, al ser un hotel y recibir a gente de todas partes, debería existir un criterio por encima del (no) sentido común de las personas. Óxido en paredes y desagües, el que quieras. Desayuno: sin control ni atención. Esto no es culpa del personal sino de la empresa. Se nota que van de culo y es por falta de personal. Entras y sales sin que haya un saludo, una bienvenida o conversación de ningún tipo. El último día pedimos desayuno para llevar porque nos íbamos temprano y explicamos en recepción algunas intolerancias. Pedimos una tortilla francesa y algo de cereales y sobre todo nada de embutido porque algunos contienen lactosa y además mi mujer no come carne. Qué nos encontramos en el picnic? Embutido para parar un tren, 2 salchichas y salmón ahumado que claramente había entrado en la caja en contra de su voluntad porque parecía que le hubieran dado una paliza. Habitaciones: espaciosas pero viejas. La cama entra en mi tope de camas incómodas en las que he dormido. Es un colchón blandito que encima tiene un topper de unos 5cm más blando todavía. Pasas la noche doblado y te levantas con dolor de espalda. ATENCIÓN! A nosotros nos fue mal, a otros igual les parece increíble! No durmáis con calefacción. Restaurante: hay dos, uno a la carta y un buffet libre. Cada día las mismas opciones. Al menos antes de entrar al buffet te avisan: “no tiene muy buena pinta, si queréis entrar primero para echarle un vistazo...”. En fin, estamos acostumbrados a otra cosa y nos pasamos el año tratando con clientes. Cuando te toca a ti ser cliente, lo único que pides es que estén a la altura y te den un buen servicio, te sonrían y te hagan sentir como en casa, que por 120€/noche no es mucho pedir.
Fabuloso
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