Usuario invitado
31 de enero de 2023
Mi familia y yo hemos pasado tres noches en Wakana por segunda vez. Es un lugar precioso, para desconectar y entrar en contacto con la naturaleza. Tanto el año pasado como este, el trato del personal de recepción (Gigi, Andrés, Fernando y las chicas) y de los monitores (Pablo, Fran, María, Adrián) ha sido inmejorable. Son personas encantadoras que te hacen sentir como en casa y son muy cariñosos con los niños. Dormir en un tipi, levant**** y estar rodeados de caballos salvajes a la hora del desayuno, ver la puesta de sol después de un baño en el lago, música en directo los sábados al atardecer, hacer kajak, tiro con arco, peli en la Palapa los viernes por la noche... son todas experiencias preciosas que hacen de Wakana un sitio muy especial. Como en todos los lugares de vacaciones, siempre hay cositas que se pueden mejorar, como por ejemplo las actividades para los niños y los precios. Las actividades por persona salen bastante caras y para una familia es demasiado. Debería haber precios por familia o por grupo de niños por lo menos. Con un entorno tan bonito se podrían organizar actividades muy divertidas para los niños que les harían conocer a otros niños y pasar un buen rato, como juegos con agua, gymkanas con pruebas, actividades con música o juegos tradicionales. Si el precio bajara, se repetirían más actividades durante la estancia. Lo negativo de este año ha sido que hemos notado menos limpieza, que por el calor y la poca climatización de los tipis no se podía estar ni un minuto dentro durante el día y sin duda el trato del personal del bar y la relación calidad/precio de la comida. Las chicas que nos han atendido empezaron siendo muy amables y conforme han ido pasando los días, han ido empeorando. Con nosotras en concreto ha habido una situación en la que han sido muy muy desagradables y ordinarias y lo hemos visto también con otras familias. Una pena, la verdad, porque somos clientes amables y respetuosos que repetimos estancia, que estamos encantados con el resto de personal y que no paramos de recomendar Wakana a amigos y familiares. La comida del año pasado con la de este año no se puede comparar. Los desayunos sí que son muy buenos pero los platos son escasos, de baja calidad y caros. También una pena, porque habíamos estado todo el año pensando en disfrutar de la buenísima carne de retinto del año pasado. A pesar de este par de cosas negativas, seguiré yendo a Wakana con mi familia y seguiré recomendándolo porque no hay ningun lugar perfecto de vacaciones pero sí lugares que te marcan, y Wakana, sin duda, lo es.