Restaurado hotel en frente de la calle y con un golf justo en la calle del lado. Con todo lo necesario, las reformas nos han devuelto un hotel lleno de posibilidades dónde todo y cada cosa parece estar en su sitio. Salones en la parte baja para leer, o tomar algo en las terrazas junto a las dos piscinas separadas entre si, mucha luz y ventanales por todos lados. El restaurante amplio, arreglado, mesas separadas, bien dispuestas. Y por encima de todo, el factor humano, la verdad, algo estupendo y marca de la casa, una sonrisa en cada esquina. La comida, para mi, de buen nivel, recuerdo unos langostinos, un pescado a la brasa o el dia del wok, todo bien, tal vez los postres en general, reiterativos y poco frescos, mucha margarina y demás. Los desayunos muy bien con esa sonrisa de la señora que trabajaba con entusiasmo y dedicación¡¡¡¡¡ felicitarla desde aqui. Y la habitación, como siempre. grande, amplia, muebles sencillos pero terraza al exterior con casi vistas al mar en el segundo piso. Bañera y ducha separadas, la unica pega era que no había puerta de separación con el resto de la habitación.... En fin, feliz estancia , ya he estado en todos los RH y aunque el de Gandía se lleva la palma éste tiene muchos puntos para convertirse en nuestro preferido cuando nos queramos escapar. Me gusta mucho el Aura de Vinaros también¡¡¡ Ah, y en cuanto a los espectaculos muy bien escogidos, nada hortera como he visto en otros hoteles, estupendos¡¡¡¡Además los hacían en el espacio del hermoso jardin con una gran olivo y muchas flores y plantas¡¡¡¡. La playa a unos 150 metros, un paseo agradable, tumbonas a disposición de los clientes. Felicidades, tienen un magnífico hotel¡¡¡¡ lo único que sobra???? Pues el edificio de enfrente que, claro, ya estaba antes, supongo.....
Muy bueno
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