Leonard
12 de noviembre de 2023
El hotel, a pesar de ser parte de la famosa cadena Laghetto, está bien ubicado y deja mucho que desear.
El desayuno era siempre tumultuoso, sin novedades y sin chocolate caliente, lo cual es absurdo para un hotel en las montañas de Rio Grande do Sul.
El servicio de habitaciones, siempre muy ruidoso, no daba tregua a los huéspedes vecinos, e incluso había trabajo los domingos en el apartamento de al lado.
Cuando llegué a la habitación noté un mal olor y tuve que llamar al personal de limpieza para que lo revisaran y luego el mal olor fue eliminado temporalmente.
No es un hotel nuevo, tiene varios problemas con las instalaciones y el área de niños es un caos generalizado. Los niños mayores invaden el espacio infantil, hacen desorden y ruido con la piscina y no hay ningún tipo de supervisión.
Pensé que sería una ventaja quedarme en este hotel y viajar a Gramado, pero el costo del uso del automóvil y la falta de opciones de restaurantes cercanos empeoraron aún más mi experiencia.
Texto originalTraducción facilitada por Google