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Hotel De Mar Gran Meliá
Illetes|A 1.16km de la Cala Comtesa
Por segundo año consecutivo hemos pasado dos semanas de veraneo en este estupendo hotel de ubicación e instalaciones inmejorables. Y en los 14 días no nos movimos ni salimos de esta maravillosa burbuja de belleza, lujo y tranquilidad. La encantadora GEX, Nicole, cumplió con todos nuestros “caprichos” a la hora de asignarnos habitación, cosa que contribuyó esencialmente a hacer nuestra estancia perfecta e inolvidable. Recomiendo en cualquier caso habitación de junior suite para arriba, así podréis disfrutar de la experiencia única de los bali-beds del hotel. También recomiendo Red Level, aunque este año lo tenían un poco desatendido, fallando a veces tanto la limpieza como la reposición de snacks y aperitivos. De la mesa exterior, directamente nadie hacía ni caso… Y a las azafatas deberían formarlas mejor (ya casi nadie se acuerda del bonito gesto de llev**** la mano al corazón al saludar). Extraordinario por otra parte el servicio Red Level de cocktail y aperitivo por la tarde, servido en la preciosa terraza del bar Amaro. La habitación estaba recién renovada, con lo cual en perfecto estado, el baño correcto, con WC aparte y ducha también aparte, rain shower como a mi me gusta. La cama, súper cómoda, el agua de cortesía por las noches se agradece, igual que el café. Quizás podrían pensar una solución de cómo oscurecer mejor la habitación, que el sol mañanero te despierta a horas intempestivas… Amenities marca “no name” , se conoce que hay que ahorrar, igual que con la fruta del buffet de desayuno, insulsa, parecía traída de un súper discount, cuando Mallorca en verano tiene las mejores sandías del mundo! Del personal me gustaría destacar por encima de todo al Maître, Rafael, cuya excepcional profesionalidad, total implicación personal y extraordinaria eficacia hacen que la gastronomía del hotel funcione a la perfección total y absoluta. También mi reconocimiento especial a Martin y a Natalia, que nos cuidaron y mimaron en cenas únicas e inolvidables tanto en el Amaro como en el Perseo. Y mi gratitud y cariño especial a los dos ángeles del desayuno, Sylvia y María, que con su encanto personal, dulzura y eficiencia hicieron de cada mañana, junto al entorno mágico, un momento único . En suma, una vez más, vacaciones geniales!
