Usuario invitado
27 de agosto de 2022
Un hotel en el que no se duerme. Nada más subir a la habitación vimos que no era el tipo de habitación que habíamos visto cuando hicimos la reserva ya que estaba todo bastante viejo y estropeado y en las fotos salen las pocas habitaciones que están reformadas. Intentan vender el hotel como reformado y después te meten en las viejas. No pudimos dormir en toda la noche puesto que hay una discoteca en frente y mucha gente en la calle hablando y gritando de fiesta hasta las 7 de la mañana. La solución que nos dieron en la recepción fue que nos aguantáramos y que ya veríamos si podíamos cambiar a otra. Tienen unas ventanas viejísimas que no aíslan nada los ruidos. Nos cambiaron a otra el día siguiente en la cual no funcionaba el aire acondicionado. La ducha va fatal en todas las habitaciones por las que pasamos, iba saliendo congelada e hirviendo a ratos, sin que se moviera el grifo. Finalmente nos cambiaron a una habitación del bajo las cuales ya están reformadas y si son lo que venden en las fotos; ahí si que tienen ventanas buenas y no hay ruidos, así que no es problema de la discoteca y de la zona como nos quieren decir desde la recepción, si no problema del hotel que no quiere invertir en reformar el resto del hotel que está viejísimo. Detalle muy feo por su parte que nos cobraran encima 10€ por el cambio, cuando no habiamos podido dormir nada de los nervios del ruido y de la luz que entraba por las cortinas que no cerraban y estaban rotas y quemadas de la cantidad de botellones que los guiris habrán hecho allí. Es un hotel hecho para gente joven que va de fiesta y a beber y a dormirse a las tantas. Guiris gritando y ruidos constantes en las habitaciones de la gente que está de fiesta. Personal de la recepción que no te dice ni lo siento que hayas pasado una noche sin dormir. El único amable un camarero en el desayuno que esta siempre sonriendo y hablando cantando.