Los mejores apartamentos en Montpellier

El hotel se encuentra ubicado en el barrio de Antigone, una zona tranquila y con muchas opciones de lugares para comer. A sólo 300 mts. hay un enorme centro comercial, con un gran Monoprix. Atravesando el centro comercial se llega a la Place de la Comedie en pocos minutos. En la recepción hay una máquina de café y té de cortesía a disposición las 24 hs. La tarifa no incluye la limpieza de la habitación, la cual hay que solicitar y pagar aparte (para nuestra habitación tenía un costo de € 25). Pero se puede solicitar el cambio de las toallas, sin cargo. En la época de nuestra estadía estaban pintando y reacondicionado la fachada del hotel, trabajo a todas luces necesario (se notaba la falta de mantenimiento de ciertas zonas, paredes con manchas de humedad, puertas con marcas o roturas). Personal de recepción muy amable. Solucionaron inmediatamente los pocos problemas que nos surgieron (cambio de utensilios de la cocina que estaban sucios y arreglo de la maquina lavaplatos que goteaba). En conclusión, el hotel cumple sin descollar.

Ubicación superior. El hotel tiene buenas instalaciones. Frente a la puerta está el río. También es seguro. Corro mucho por la mañana. Junto a él hay un nuevo centro comercial. Más tarde, descubrí que hay muchos fideos para comer. También puedes ver el paisaje exterior. Muy bien.

La reunión que asisti en Montpellier se celebró en el salón de la ciudad, el Hotel de Ville, que es un gran grano moderno en un barrio de concreto en expansión al sur del centro. A 3 minutos a pie se encuentra el Adagio Aparthotel, que también está cerca de los tranvías y por lo tanto fácilmente accesible desde el centro de la ciudad. La habitación era muy agradable, y la habitación estaba muy bien equipada, con un mini apartamento con nevera, cocina y una pequeña mesa de comedor. La habitación está muy bien, pero no se puede descansar en el suelo, y hay un salón en el suelo donde se sirve un buen desayuno (incluidos huevos, croissant y frutas frescas). A pesar de que está construido y decorado en un estilo ligeramente insultado, Adagio era más que adecuado para mi estancia de dos noches.

El emplazamiento estupendo para moverse a pie por toda la ciudad. La pequeña ciudad recuerda a las calles de Paris. Hotel tranquilo y grande. La atención del personal recepción muy buena. Cama y habitación cómoda y limpia. El bufé básico pero bueno. Y lo mejor el comedor donde se desayuna, una obra de arte. Lo peor no hay zona cercana donde aparcar vehículo. Parking muy caros. Aunque en el hotel nos dijeron el segundo día un parking con los que ellos trabajan algo más económico.

A comenzar por la amable acogida todo es agradable La joven mujer nos ofreció un estudio en la parte trasera del edificio para que no oímos el tranvía, nos gustaron Studio muy limpio con 2 camas cocina muy funcional y hermosa Bañera Servicios de baño y productos disponibles Lits hechos todos los días Para los fans de televisión un buquê de 200 películas de las cuales muchos de los dibujos animados Volveremos con seguridad y confianza Bravo Continue como publicó el J Tranvía a la salida del hotel muy práctico

No nos han devuelto la fianza de la estancia, 75€. La limpieza escasea ya que habian pelos en la ducha. El sillón que habia en la habitación estaba destrozado. Nos pusieron 2 toallas pequeñas en la bañera. No dan detalle de bienvenida. Habia un empleado que no tenia muchas ganas de trabajar puesto que le preguntamos algunas cosas y contestó de mala manera. Nos quito las ganas de preguntarle mas. Dicen que hablan español en la pagina web pero nadie sabe hablar español. Nos dijo que si no sabiamos hablar ni inglés ni francés que para que ibamos a su pais. Ubicación en un poligono con muy mala entrada. NO VOLVEREMOS.

Los + : - Cama limpia - WC separados - Flujo de agua - Litería Los +- : - Precio Los - : - Un aparthotel ?? Rara vez he visto una habitación tan estrecha: no hay soporte para poner una maleta - Conexión WiFi muy deficiente - No hay iluminación en la mesa - El aire acondicionado es obsoleto: ruido como una 2CV, refuerzo de olor de saneamiento y tabaco (buena noche!) - Atención a la lotería, hotel en 2 sitios donde uno es difícil de encontrar y está insuficientemente aparcado - Teléfono: sólo una central de reserva remota - y raramente accesible

Appartes un poco défaillantes; porte fenêtre cassée, donc ouverte, magazzino bloqué, table bancaire, seche cheveux qui s'éteint après 2 min d'utilisation, lampe de chevet avec faux contact dans l'interrupteur, toilettes sales et je passe. Piscina agradable pero no muy limpia y desayuno satisfactorio. Sin embargo, el personal es más que agradable, Cedrick de l’accueil es un ange y una crème.

A stay at Résidence Goélia Sun City places you in the heart of Montpellier, within a 15-minute walk of Comedy Square and Esplanade de l'Europe. This residence is 22.2 mi (35.7 km) from Port-Camargue and 0.4 mi (0.7 km) from Polygone Shopping Center.Take advantage of recreation opportunities including a fitness center and a seasonal outdoor pool.Continental breakfasts are served on weekdays from 7:30 AM to 10:00 AM and on weekends from 8:00 AM to 10:30 AM for a fee.Featured amenities include luggage storage, laundry facilities, and an elevator. Free self parking is available onsite.Make yourself at home in one of the 106 individually decorated guestrooms, featuring kitchenettes with refrigerators and stovetops. Flat-screen televisions with digital programming provide entertainment, while wireless internet access (surcharge) keeps you connected. Private bathrooms with shower/tub combinations feature deep soaking bathtubs. Conveniences include desks and microwaves, and you can also request cribs/infant beds (surcharge).

What hurt the most was the fact that we had to exchange two RCI weeks of our own five-star resort to obtain one week in Hotel “Woe Be Gone.” It's beautifully nestled in a part of town that, let's just say, isn't going to make the top ten list of your tourist guide. You're certain to find no notable attractions in the vicinity. Our suite was like a minimalist dream. Think 'sp**** chic' with the chic missing, with a simple bed, two chairs, and a table that surely had its glory days in the 1980s. The kitchenette was an ode to improvisation, sporting a hotplate, a microwave, and a sink that's just large enough to bathe a hamster. And the crockery? Two mismatched glasses and bowls that were straight out of an abstract art exhibit - a true toast to our spirit of embracing uniqueness. The toilet, on the other hand, came with a charming little water feature – a constant trickle from the cistern that was just like being beside a babbling brook, minus the charm, tranquility or any sense of joy. Looking for a food store? Brush up on your Frogger skills because it’s twenty minutes and two hazardous highway crossings away. Oh, the on-site restaurant? More of a phantom eatery, really. It keeps the suspense by closing on weekends. However, their French espresso managed to shine - a lone beacon in an otherwise murky culinary landscape. Transport? No problem, if you're okay with parting with a modest sum of 30 euros every time you want to escape to town. In the end, we decided to vote ourselves off the island after two days, and instead took up the infinitely more delightful task of exploring Provence.