Las ciudades de milenio, las ciudades de cien años, los precios son altos, he viajado el año pasado, y a veces viajé como una liberación de humor, como peces que se hunden en el fondo del agua, se sientan molesto antes de que llegue el rayo, y querían respirar con urgencia. Aparte de una ciudad, a la vez, y a otra, que se siente bien o mal, pero un poco inalterable, siempre tenemos hambre y curiosidad por el paisaje desconocido.
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Las ciudades de milenio, las ciudades de cien años, los precios son altos, he viajado el año pasado, y a veces viajé como una liberación de humor, como peces que se hunden en el fondo del agua, se sientan molesto antes de que llegue el rayo, y querían respirar con urgencia. Aparte de una ciudad, a la vez, y a otra, que se siente bien o mal, pero un poco inalterable, siempre tenemos hambre y curiosidad por el paisaje desconocido.
El paisaje es bueno, el año pasado, y a veces viajé como una liberación de humor, como peces que se hunden en el fondo del agua, se sientan molestos antes de que llegue el rayo, y querían respirar con urgencia. Aparte de una ciudad, a la vez, y a otra, que se siente bien o mal, pero un poco inalterable, siempre tenemos hambre y curiosidad por el paisaje desconocido.
El paisaje es bueno, el año pasado, y a veces viajé como una liberación de humor, como peces que se hunden en el fondo del agua, se sientan molestos antes de que llegue el rayo, y querían respirar con urgencia. Aparte de una ciudad, a la vez, y a otra, que se siente bien o mal, pero un poco inalterable, siempre tenemos hambre y curiosidad por el paisaje desconocido.
El precio es alto, el año pasado, y a veces viajé como una liberación de humor, como peces que se hunden en el fondo del agua, que se sientan molestos antes de que llegue el rayo, y que quieran respirar con urgencia. Aparte de una ciudad, a la vez, y a otra, que se siente bien o mal, pero un poco inalterable, siempre tenemos hambre y curiosidad por el paisaje desconocido.
Es divertido, el año pasado, viajé a veces como una liberación de humor, como peces que se hunden en el fondo del agua, se sientan molestos antes de que llegue el rayo, y querían respirar con urgencia. Aparte de una ciudad, a la vez, y a otra, que se siente bien o mal, pero un poco inalterable, siempre tenemos hambre y curiosidad por el paisaje desconocido.