La leyenda es que los bebés Romulus y Rimous pasaron por el río Tabernacle y luego crecieron por un ternero que se encargaba de la catedral argentina, construida para recordar al emperador Sesimus y a su familia. Se reconstruyó en varias ocasiones desde el pasado y se habían enterrado en el suelo antiguo de Roma.
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La leyenda es que los bebés Romulus y Rimous pasaron por el río Tabernacle y luego crecieron por un ternero que se encargaba de la catedral argentina, construida para recordar al emperador Sesimus y a su familia. Se reconstruyó en varias ocasiones desde el pasado y se habían enterrado en el suelo antiguo de Roma.
El entorno es bueno, el transporte es conveniente, vale la pena ir.