De regresar a Sumilon para descansar y salir del hotel, se ve la iglesia de la que todos se han quedado en el aire. Algunos dicen: la vida necesita al menos dos impulsos, un amor inconsciente y un viaje para decir que se vaya. Sólo vale la pena. Los antiguos y magníficos edificios de piedra deberían ser los productos de la colonia española, junto al mar, con aguas frutíferas que son muy atractivas.
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De regresar a Sumilon para descansar y salir del hotel, se ve la iglesia de la que todos se han quedado en el aire. Algunos dicen: la vida necesita al menos dos impulsos, un amor inconsciente y un viaje para decir que se vaya. Sólo vale la pena. Los antiguos y magníficos edificios de piedra deberían ser los productos de la colonia española, junto al mar, con aguas frutíferas que son muy atractivas.