Palacio Rejadorada

Un lugar encantador, el tiempo no ha pasado por aqui, o si? Habitación muy comoda para tres. Camas muy cómodas, sábanas muy agradables, y toallas magnificas. Muy buen desayuno. El resultado es un palacio muy antiguo, adaptado al siglo XXI. Por último, son encantadores.

Magnifico Palacio especialmente rehabilitado para que tu estados en el hotel tenga todas las comodidades Camas, buenísimas, toallas grandes y almohadas muy cómodas Me encanto dormir como una princesa en un palacio/ bodega con todas las comodidades

Aunque en principio iba a ser una estancia acompañada, circunstancias inesperadas hicieron que viajara sola a Toro. Pasé tres días con sus respectivas noches mejor de lo me había imaginado. El palacio es un remanso de paz. Nada más cruzar el fabuloso umbral de su bello portón de madera, uno retrocede siglos atrás y se olvida de las prisas, del estrés y de las vicisitudes del día a día que nos enredan a la mayoría. Habitaciones amplias, con suelo de madera y ventanales hermosos. Las camas son grandes y los colchones increíbles. Situado a un tiro de piedra de la Torre del Reloj, de la Colegiata de Sta. Mª, del Alcázar, de la Plaza Mayor, de la Plaza de Toros, del Monasterio Sancti Spiritus, de la Iglesia de San Salvador etc.... y, al mismo tiempo, está también lo suficientemente apartado como para poder descansar del mundanal ruido. Fácil para aparcar. Perfecto para salir a caminar hacia la ribera del río Duero y sorprenderse de la belleza del puente de Piedra al cruzarlo, así como de los diferentes senderos que lo rodean. Mercedes y Ana, aparte de ser unas profesionales de primera a las que nunca les falta la sonrisa y las ganas de ayudarte, hacen que te sientas como en casa. El desayuno es muy completo. No le falta de nada. Hay una cafetería con restaurante en el mismo patio del palacio, aunque independiente del hotel. Patio lleno de árboles que le dan frescor y elegancia a partes iguales. Me quedé con ganas de visitar su bodega subterránea... ¡Volveré!

Sinceramente ,por el precio, esperaba algo más. Demasiada escalera para subir el equipaje. Bañera en lugar de ducha.... A dia de hoy ,desde mi punto de vista ,las bañeras deberian desaparecer.La cama muy comoda,no ruidos en la habitación.

Habitación agradable con buena cama, terraza, trato familiar, buen desayuno, ubicación perfecta para visitar la ciudad y fácil aparcamiento, buen momento para dar un repaso a la historia del lugar y soñar

La experiencia es inmejorable, la atención exquisita, las instalaciones cómodas u muy limpias. Muchas gracias por la atención recibida. Volveremos sin dudarlo. Volveremos sin dudarlo. La próxima será para Carnavales, en esta ocasión eran las fiestas de la Vendimia.

Estuvimos muy agusto,muy cerca del centro. El hotel y la atención muy bien. Almohadas muy mullidas. El desayuno en un principio pensamos que no nos gustaría pero nos sorprendió gratamente.Podría repetir sin lugar a dudas.

Habitacion correcta aunque en absoluto merece el alto precio que pagamos. No tienen aislante acustico y cada vez que un huesped viene/va, se oye muchisimo (y más si es de madrugada). El baño es muy deficiente y no tiene muy buen aspecto de limpio. En la balda del lavabo hay restos de gel, y la griferia de la ducha y lavabo el agua sale muy mal y disparada en todas las direcciones. No entiendo que éste defecto no lo note la persona que limpia el baño porque es visible que el agua no sale bien (no pude ni lavarme el pelo). La persona de recepción muy amable

Buen sitio. Este palacete es un sitio ideal para pasar unos días en el hermoso pueblo de Toro. Austero a la castellana, eso sí, pero de una elegancia antigua que le aporta un estilo muy particular. Sin duda es un lugar muy recomendable.