Pleromaa
18 de octubre de 2021
Muy linda sorpresa por la ubicación y el barrio, estamos a 200m del Coliseo y frente a la iglesia de San Clemente.
Tenía un balcón ambientado por ventanas lo que me mareó de una vista total del Coliseo, un recuerdo muy lindo. Pequeño menos el hotel tiene una pésima arquitectura moderna, pero por dentro pasa.
Las habitaciones están bien equipadas, la recepción es muy atenta y habla perfectamente francés o inglés.
El desayuno se lleva a cabo en la planta baja con vista a la calle, te sirven todo lo que puedas comer pero el servicio se hace detrás de plexiglás, té, café, huevos, tocino, salchichas, etc. Recomiendo los panqueques con jarabe de arce, pero el café es realmente asqueroso. es polvo liofilizado en las máquinas.
Hay un bar en la planta superior, abierto desde el mediodía hasta la medianoche y la piscina no estaba autorizada para este comienzo de octubre, ¡lástima que todavía estaba a 25 grados!
Finalmente aproveché la cercanía del Coliseo, fui muy tarde o muy temprano para tenerlo todo para mí. ¡Momento mágico!
Texto originalTraducción facilitada por Google