Usuario invitado
28 de julio de 2022
Un grato descubrimiento. Después de una dura ruta de montaña por la estación de esquí de Campoo, nos alojamos en esta bonita posada. Lo primero que nos sorprendió fue la amabilidad de los propietarios. La chica que nos atendió se ofreció a cambiarnos de habitación cuando le comentamos que nos parecia pequeña (sufro de claustrofobia). Nos dio un apartamento amplio y con terraza exterior. El desayuno, aunque simple, muy bueno, tanto el café como las tostadas caseras. Nuestra mayor sorpresa fue que la estancia incluía una hora de spa. Un enorme jacuzzi, una sauna y ducha de agua fria-caliente. Quedamos como nuevos después de tanto sufrimiento en la ruta. Es un spa privado que lo disfrutas para ti solo durante una hora. Todo ello por 95 euros para 3 personas, habitación, spa y desayuno. Totalmente recomendable.