Casa Rural Ubeda Pinoso-Alicante

Cogimos la estancia a través de smartbox y la publicidad es engañosa: ponían fruta de bienvenida, y al llegar no te dan nada. Te enseñan tu habitación y lo primero que te impacta es el fuerte olor a viejo y lleno de polvo. El sitio, además, está en medio de la nada. Lo más próximo es Pinoso, que tampoco tiene nada de especial. Cuando vas a dormir y abres la cama, las sábanas están sucias y llenas de pelos. Las almohadas con bultos duros e incómodas. La cama en sí muy incómoda. Vamos, para no volver. Para el desayuno, de continental no tiene nada, solamente una tostada y un croissant, y el café malisimo.

Los dueños muy amables y de un trato exquisito. Cierta austeridad en el lugar, aunque mu bien aprovechados los elementos decorativos en su sencillez. Ambiente muy tranquilo. La piscina estupenda. Ideal para barbacoa y relax. La recomiendo

No suelo comentar negativamente, pero en este caso es casi una obligación por si puedo evitar que alguien cometa el mismo error que nosotros. Lo haré por puntos, estancia de una noche: - Medidas Covid. Dudosas. El hombre ha ido toda la mañana sin mascarilla, sirviendo además un desayuno comunitario. Aspecto sucio o poco cuidado en general en el complejo. - Habitación sucia. Con un montón de polvo y telas de araña (y sus dueñas) en los techos, esquinas y rincones. Incluso alguna cucaracha nocturna, pero bueno estando en el campo puede pasar... - Baño sucio y mal provisto de gel/champú. Muy cutre. - Complejo en general de mal aspecto, todo viejo y muy dejado, poco cuidado. - La piscina es lo único que no tenía mala pinta, aunque después de todo lo vivido me genera también desconfianza su tratamiento. - Desayuno. Todos los huéspedes (desconocidos) en la misma mesa. Únicamente opción de café, leche o té inglés. Botes de mermelada, aceite y vinagre "comunitarios" (tenían pinta de estar ahí desde que se abrió la casa por primera vez). Medio panecillo y un cruasán descongelados por persona, junto con un vasito de "zumo" (no sabía a nada). Tazas sucias. - Conexión WiFi pésima, cobertura muy pobre. Y esto lo pongo solo por lo que he leído aquí "de alta velocidad" en la descripción de servicios. - Ojo con reservar con alguna caja regalo de esas. Incluyen cosas que después no cumplen, como fue en nuestro caso con las frutas de bienvenida y la cena. Y en el pueblo ese no hay nada, hay que coger el coche para poder comer algo. Aunque a toro pasado, casi me alegro. Es cierto que después de "discutir" sobre esto la mujer se ofreció a darnos 20 euros para sufragar la cena, pero no eran formas ni importe para arreglar el desaguisado y no lo aceptamos. - Los dueños muy amables, eso sí, pero es que ya sólo faltaba...