Usuario invitado
18 de julio de 2023
Hotel bastante céntrico en un barrio sucio (como muchos en esta ciudad). Basuras en el suelo, gatos y cucarachas. La recepcionista correcta en el trato. Hoel decorado con muebles antiguos bonitos pero con moquetas y sofás tapizados llenos de manchas. Llaman la atención los cuadros de estilo “moderno” que lejos de dar un “toque” al hotel, resultan extraños ( partes íntimas de cuerpos de hombre y mujer) . Reservamos dos habitaciones en la primera planta ( no hay más que una) a la que accedimos por un ascensor que en realidad era una claustrofóbica plataforma elevadora en la que no podías dejar de apretar el botón porque se paraba. Surrealista. Tras recorrer un bonito pasillo con suelo de parqué con trozos de moqueta encastrados (asquerosos,por cierto) llegamos a la habitación número 125. Nada más abrir la puerta te topas con el baño ( a escaso medio metro) del que sale un olor nauseabundo a desagüe que los ambientadores colocados estratégicamente por la estancia lejos de enmascararlo, lo hacen aún más vomitivo. El baño no tiene ducha, esta está situada a parte, al lado de… la cama de matrimonio! La ducha tiene moho por todas las esquinas. Los rodapiés de toda la estancia están medio despegados. A la habitación le falta en general mantenimiento.al ltro lado del baño hay un sofá y un escritorio y un armario con una puerta enorme que choca con el sofá cama. La habitación 126 en la que se alojaron nuestros tres hijos era espaciosa y el baño correcto pero vieron una cucaracha col**** por debajo de una de las camas. El hotel no está limpio y le falta mantenimiento. El desayuno estaba incluido en el precio y es correcto. No es un bufé supervariado pero es correcto. Si volviera a Pamermo no me alojaría aquí.