Usuario invitado
4 de abril de 2022
Al acercarnos al elevador para subir a la terraza, un guardia de seguridad (pésimamente entrenado y con muy mala actitud) nos dijo, "No se permiten paseos!" Nos quería discriminar por lo que le contenté, "Señor nos dirigimos a la terraza y deseamos tomar una cerveza. Y no le di importancia." Él inmediatamente puso sus manos para obstaculizar nuestra libre subida y con poca distancia, metiendo su cara dentro del asesor, insistió con demasiadas palabras como para justificar su acto de discriminación que podíamos subir sólo si NO íbamos a pasear exclusivamente por la terraza. Ignorando su atrevimiento sólo le contesté, "No se preocupe," y subimos. En la terraza el mesero que estaba en turno ni siquiera nos atendió. Sólo nos ignoró. Parece que no había suficiente personal para servir apropiadamente a toda la gente que había ahí, cosa que me pareció también de mal gusto y de pésimo profesionalismo, pues un lugar que dice ser de lujo no puede tener estos fallos. Después de esperar por un largo rato, tuve que llamar la atención -alzando mi voz- a una de las meseros. Finalmente nos atendió una chica y tomamos nuestras cervezas y pagamos nuestra cuenta. Al bajar, el mismo guardia de seguridad que mencioné me dijo con tono intimidatorio y discriminatorio, "Ve lo que le dije. Sabía que no iban a consumir." Obviamente yo me molesté muchísimo porque a la terraza de cualquier hotel -de lujo o no, especialmente si es de libre acceso al público-, uno puede entrar a tom**** lo que a uno le plazca (desde una botella de agua a todo un festín). Sin embargo, es OBVIO que aquí sólo le quieren dar el paso a la gente que perciben, bajo su poco profesionalismo y su falta de visión, que es capaz de pagar una comida de alto precio. Me molesté tanto que pedí hablar con el gerente. Los de recepción me respondieron que en ese horario, los domingos aproximadamente a las 3:15PM, no se encuentra. El guardia que nos siguió hasta el check-in, muy grosero y todavía intimidatorio, incluso se ufanó de su conducta frente a todos los de recepción dándome su nombre completo -obviamente muy rápidamente para que yo no lo recordara. Parece que no le importaba una posible llamada de atención de sus jefes, lo que me hace deducir que ¡ellos mismos le han dado estas órdenes! De verdad, no vayan a esta terraza, la atención fue pésima y el guarda de seguridad me hizo sentir tan incómodo que hasta me sentí intimidado y discriminado con su trato, y prácticamente me temblaban las manos del coraje al externar mi queja en la recepción. LA PEOR TERRAZA DE LA CDMX