Farah
7 de noviembre de 2023
Tuvimos el placer de alojarnos en el Riad Jibril durante nuestra visita a Marrakech, ¡y fue una experiencia tan maravillosa!
Nuestro anfitrión, Iheb, realmente merece el título de leyenda. Desde el momento en que nos registramos hasta que nos marchamos, hizo que nuestra estancia fuera memorable. Si bien puede que no sea un hotel de 5 estrellas, brindó una experiencia marroquí única y auténtica que superó nuestras expectativas.
El riad en sí, con su arquitectura tradicional, estaba limpio y acogedor. Lo más destacado fue sin duda la serena terraza, un oasis de paz lejos del bullicio de la medina. Una noche disfrutamos de sheesha en la terraza, una experiencia encantadora que sólo nos costó unos 70 MAD. También tuvimos el placer de cenar en la terraza, donde disfrutamos de unos deliciosos tajines a un precio muy razonable de 60 MAD cada uno. Las habilidades culinarias del chef fueron realmente impresionantes. El desayuno que se sirve cada mañana era tradicional y hogareño también.
Lo que hizo que nuestra estancia fuera realmente especial fue el ambiente cálido y acogedor creado por Iheb y el personal. Llegamos como invitados pero nos fuimos sintiéndonos amigos. Incluso nos hicimos amigos de los dos adorables gatitos residentes, Sofia, la atigrada de pelo largo, y Leena, la gatita pelirroja. Su presencia añadió un toque extra de encanto a nuestra estancia.
La ubicación del Riad Jibril era perfecta y el camello frente a la casa de cambio sirvió como un excelente punto de referencia. El riad estaba en el callejón opuesto, en la segunda puerta, por lo que era fácil de encontrar. Disfrutamos especialmente de su proximidad a Kasbah, cerca de Zeitun Cafe, uno de nuestros lugares favoritos para visitar por la noche. La terraza iluminada por faroles de la cafetería ofrecía unas vistas majestuosas que hicieron que nuestras veladas fueran aún más memorables.
Texto originalTraducción facilitada por Google