RogenSG
21 de marzo de 2024
Durante mi reciente estadía de 3 días y 2 noches en el Swiss-Belhotel Blulane en Manila, la experiencia en general dejó mucho que desear. Si bien el hotel tenía potencial, la importancia de brindar un servicio de calidad a los huéspedes parecía inconsistente.
En primer lugar, se observó una notable discrepancia en el servicio prestado por los aprendices en el puesto de trabajo. Mientras que algunos mostraron genuina calidez y entusiasmo por ayudar, otros parecían vacilantes, particularmente cuando percibían que un huésped podría no ofrecer una propina. Esta actitud restó valor a la experiencia general de los huéspedes y contradijo la esencia de la hospitalidad, que debe priorizar la atención y la asistencia genuinas, independientemente de las propinas.
Además, la funcionalidad de los ascensores supuso un inconveniente importante. Con un solo ascensor en funcionamiento, los huéspedes frecuentemente experimentaban retrasos y hacinamiento, lo que generaba frustración e inconvenientes. Este problema afectó significativamente la eficiencia del movimiento de los huéspedes dentro del hotel y debe abord**** con prontitud para mejorar la satisfacción general.
En conclusión, si bien este hotel en Manila tiene potencial, existen áreas notables de mejora, particularmente en garantizar un servicio consistente y genuino a los huéspedes y abordar ineficiencias operativas como la funcionalidad del ascensor. Al inculcar en todos los miembros del personal, incluidos los aprendices, un compromiso genuino con la hospitalidad y la excelencia en el servicio, el hotel puede mejorar la experiencia general de los huéspedes y distinguirse como un destino de primer nivel para los viajeros.
Texto originalTraducción facilitada por Google