Usuario invitado
20 de abril de 2022
Nos alojamos en el Lisboa Central Park 2 adultos y 2 niños para visitar Lisboa en Semana Santa. Ubicación:La ubicación es buena, cerca de las estaciones de Marqués de Pombal y Parque, con McDonalds, Pizza Hut, Burger King, etc cercanos. Hotel: Se nota que es un hotel que se ha descuidado. Aunque la recepción y el salón son correctos, cuando coges el ascensor y accedes a los pasillos de las habitaciones te das cuenta de que no es lo que parece. Habitaciones: En nuestro caso era una habitación familiar con 5 camas con vistas al parque. Lo único que merece la pena es el tamaño de la habitación, con una primera parte a la entrada con 2 camas y un escritorio, a continuación el baño y la cama de matrimonio y otra cama al final junto con otro escritorio y la TV, con vistas al parque. Como nota, no tiene minibar. Lo primero que nos alertó fue el olor: Cuando entramos olía a desagüe de baño en la parte de la entrada, probablemente porque hay un bote sifónico en la propia habitación (inexplicable). Lo comentamos al hotel pero no hicieron nada. Además el pasillo de acceso a la habitación es descubierto, dando a un gran patio interior, lo que reduce la intimidad. El suelo de la habitación era viejo y desgastado y el baño, anticuado y con el tubo de la ducha roto por el que se salía el agua. Además, se oía mucho el ruido de la calle y de las habitaciones contiguas y superiores. Como cosas buenas, las ventanas del fondo tienen persiana. Desayuno: Escaso y poco variado. El primer día no funcionaba el tostador, los croissants no saben a nada, no hay mermelada de fresa, y el personal es poco atento, están como tensos constantemente. El espacio es pequeño y las mesas muy juntas. En resumen, un hotel caro y venido muy a menos que podría ser mucho mejor con algunos pocos detalles. NOTA: El hotel admite mascotas. El aparcamiento de los alrededores solo es para residentes de Portugal por lo que los viajeros no pueden aparcar, aunque el hotel tiene parking y hay un parking público muy cerca.