Usuario invitado
8 de noviembre de 2023
Un hotel fantástico, bien ubicado en Port La Savina, el personal maravilloso, muy cercano y familiar siempre dispuestos a aconsejarte sobre cualquier duda. Mi suite era muy espaciosa y luminosa, con una pequeña cocina y una cama muy cómoda, imprescindible para descansar tras las excursiones, hay tele aunque yo no la usé. Ducha e inodoro separados del resto por mamparas de cristal. Todas las habitaciones dan a la piscina, de un buen tamaño y con hamacas de bambú y tejidos naturales. Tienen desayunos en el Salines Café, con el que se comunica y en el que te sirven amplia variedad de tostadas, huevos, zumos... a mí me prepararon un zumo extragrande para tomar en la piscina. También tienen bicicletas eléctricas en alquiler para dar paseos por la isla. He pasado unos días maravillosos en Can Micalet y teniendo en cuenta que era fin de temporada y que fui yo sola, espero poder repetir con la familia para disfrutar todos juntos.