Usuario invitado
24 de agosto de 2022
Céntrica, en un edificio antiguo restaurado con gusto y atención a los detalles. El anfitrión, Ahmed, es increiblemente atento y simpático. Habitación muy cómoda y limpia. Aire acondicionado, una gran televisión, una ducha más grande que algunos apartamentos... Buff! Desayuno abudante, variado con productos de primera, servido en la habitación o la terraza. Posiblemente el mejor croissant que haya comido en todos mis viajes a Francia. Hay un parking cercano, bastante caro, como en todas las grandes ciudades. Ahmed y su pareja son tremendamente organizados. Nos contactaron con antelación para ofrecernos una muy buena selección de restaurantes para que pudiéramos (nosotros o ellos) reservar mesa. También nos enviaron por whatsapp una miniguía para visitar Bordeaux. Ah, y cada día, encontrábamos cannelés en la habitación. A pesar del precio, muy recomendable.