Fontecruz Ávila(Fontecruz Avila)

El aire acondicionado funciona solo el abanico, dicen que el sistema detecta la temperatura de afuera y se enciende. El hotel muy obscuro y con poca luz en los cuartos, tuvimos que dormir con la ventana abierta para que se refrescara el cuarto y al salir el sol te da en la cara y te despierta. El restaurante tiene un menú muy limitado y cuando pedí un sándwich del menú, no tenían los ingredientes (salmón). El hotel está en medio de la nada. Las instalaciones son buenas.

Los pasados 8 y 9 de septiembre nos alojamos un grupo familiar de 45 personas y las experiencia ha sido excelente. El trato del personal ha sido muy profesional y muy agradable durante nuestra instancia. La habitaciones son amplias y confortables y muy limpias y bien dotadas de mobiliario, con un baño dotado de bañera y ducha separados. Los espacios comunes de la planta baja- recepción son amplios, muy cómodos y se adaptaban muy bien a las necesidades de sobremesa de grupos familiares como e nuestro. Cenamos el viernes y el sábado en el hotel y quedamos muy satisfechos, tanto con la calidad del servicio como de la comida. La mayoría de los componentes del grupo ha propuesto volver el próximo año.

Lo único positivo, la amabilidad del personal y una habitación agradable y limpia. Pero el desayuno nefasto, con una única máquina de café lentísima para una larga cola de clientes, y una ducha que pasaba sin interrupción de abrasar a helar, con lo que optamos por lo segundo, dado que es agosto. En dos ocasiones aseguraron que vendrían a arreglarlo, y en los tres días que estuvimos nunca sucedió.

Al llegar a nuestra habitación estaba el sofá cama con la cama desplegada, como no quisieron recogerla nos cambiaron a una habitación peor. El sistema de apertura de la puerta con tarjeta no funcionaba bien, tardábamos en poder abrir. No había agua caliente en la ducha por la tarde noche. Partes de la habitación estaban viejas y deterioradas. El aseo de la piscina era para hombres y mujeres, y no sé podía cerrar la puerta. El desayuno estaba bien , lo mismo que la piscina y el jardín.

Aunque las habitaciones son muy grandes y limpias, la probabilidad de que te toque una boda, un cumpleaños o cualquier celebración es grande y los alojados en el hotel pasan a segundo plano. La comida no es muy buena en relación con el precio. Por las noches hay mucho ruido, nos toco una habitación donde se oía una máquina que no nos dejaba dormir. Por el día se oyen los disparos del campo de tiro que hay cerca. El personal muy amable.

Íbamos a escribir una reseña sobre el hotel y todo fue positivo. El evento, el personal. Pero me ha dado rabia ver los comentarios anteriores, cuando nosotros estuvimos presente en los últimos 3 comentarios donde hablan mal del personal, de la limpieza del hotel y del trato de la directora. Es increíble que esta gente tenga el valor de poner una opinión así. Estuvieron maleducados con los camareros y sobre todo con una camarera. La directora lo único que hizo fue defender a su trabajadora. En nuestro proceso de contratación, nos dio hasta su telf personal para dudas, cerrar detalles... todo! Y podemos decir, que muy fuera de horarios,le mandábamos WhatsApp con dudas y jamás nos contestó mal, todo lo contrario, siempre amable y dispuesta a ayudarnos. Algo que en pocos sitios te ofrecen.

Lamentablemente un fin de semana que prometía ser estupendo, se convirtió en todo lo contrario. Teníamos un bono regalo para pasar una noche con un menú degustación en este hotel (regalo de cumpleaños) y nos fuimos sin poder disfrutar del regalo. Cuando llegamos al hotel, en recepción indicamos que teníamos un bono y la señorita que nos atendió nos dijo que para poder cenar había que reservar mesa, cosa que hicimos en el momento, mesa a las 21:30. Cuando bajamos al restaurante (no había mesas preparadas) y el maitre del mismo nos dice que esta cerrado porque tienen una boda y lo van a usar para emplatar los platos de la misma. Nos ofrecen cenar en la cafetería, aunque no era el plan perfecto, accedimos. Aquí empieza el desastre absoluto de la noche. Primero nos atiende una señorita que nos trae el menú del día (habíamos comido en el hotel), le indicamos que tenemos un menú degustación, se marcha y cuando vuelve nos dice que el menú son patatas revolconas y codillo (dos platos del menú del día), le indicamos que no puede ser, se marcha y vuelve con dos platos de patatas revolconas, le indicamos que no las queremos y tampoco queremos codillo, nos parece que nos esta tomando el pelo, no es nuestro regalo, se las lleva, no nos trae nada para cambiar este plato y al volver con la bebida nos dice que ha conseguido que nos den un entrecot/filete a la plancha, esa fue nuestra cena.... Tras enviar el lunes un mensaje al hotel indicando todo lo sucedido, no hemos obtenido ninguna respuesta. El maitre, Jesús, (nos invito a escribir al hotel) se lamento mucho de la situación y entendió que no era nuestro regalo, nos sentimos absolutamente defraudados y absolutamente desatendidos. En resumen muy poca profesionalidad por parte de la dirección por no responder ni ofrecer una solución.

El hotel si hay boda no avisa, lo cual significa que no vas a poder dormir por lo mal que está aislado. También te va a tocar aguantar a todos los borrachos por las zonas comunes. Tampoco podrás ir a la piscina por dentro del hotel, te obligan a salir del hotel y dar un rodeo por el exterior del edificio... Resumiendo, muy mala experiencia, si tenéis eventos avisar o dejar solo el hotel para los de la boda.

Este fin de semana hemos asistido como invitados a una comunión y aprovechamos para alojarnos allí. No recomendaría el sitio a nadie. Al llegar, tuvimos problemas porque la puerta de la habitación no cerraba y al bajar a recepción y esperar nuevamente nuestro turno para que nos atendieran, en vez de arreglarlo, seguían atendiendo clientes sin darnos solución. Ese día había muchas celebraciones al mismo tiempo y se notaba la falta de personal. Durante el cóctel, para conseguir agua para los niños, que estaban en la sala de juegos y sudando del calor que hacía, me mandaban de una barra a otra sin conseguir el objetivo. Lo mismo que para conseguir una consumición de las que estaban contratadas. En la barra no las servían y la respuesta de los camareros que pasaban era que estaban pedidas. Después de veinte minutos logré una copa de vino. Una camarera rompió varias copas en la zona dónde se sirvió el coctel. Tardaron quince minutos en recoger los cristales y eso que había niños. Para la cena, nos pusieron en un salón con una puerta que daba al aire libre y que mantuvieron abierta constantemente para poder dar el servicio, a pesar de que fuera de noche, entrara una corriente de aire frío y estuviera lloviendo. Cuando fueron a servir el postre, la tarta especial que tenían que servir para los niños y que se eligió expresamente para la ocasión no apareció. Nadie sabía dónde estaba y no se pudo servir. Y lo más inadmisible de todo, y por lo que realmente nunca recomendaría este sitio, es que tengan trabajando para ellos personal que se dedica a hacer comentarios ofensivos a los invitados y que se les permita sin ningún tipo de impunidad (“éste es el tocapelotas de antes”, siendo el “antes” que se le había pedido una cerveza y la camarera en mal tono y mala contestación no quiso servirla. Posteriormente volvió al salón de la cena con una compañera para que se la oyera alto y claro). Es decir falta de respeto a los clientes, mal trato, contestaciones inapropiadas y con mal tono. Además, esa falta de profesionalidad empieza por la directora del hotel que justificaba lo injustificable. Lo que tendría que haber sido un día inolvidable de celebración se convirtió en un día con un final desagradable. Una pena.