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El hotel está a menos de 20 minutos del aeropuerto, y un taxi cuesta unos 20 euros. El hotel está justo al lado del centro de poutine, la suite es grande, la habitación tiene cepillo de dientes, zapatillas, cafetera. El desayuno es muy sencillo y el restaurante se puede ver el mar. Al otro lado del hotel está la plaza, que da acceso a la ciudad a través de la calle. A lo largo de la costa, se pueden ver esculturas de vagabundos. No hay playa de arena en esta parte del puerto. Otro hito de Santander, el Palacio de la Magdalena, se encuentra en una península a tres kilómetros del hotel, es un poco lejos para caminar, se tarda una hora y diez minutos en taxi para llegar allí. La zona de la playa está aquí.

El hotel tenía una ubicación estupenda y estaba a sólo 1 km a pie de la catedral. El personal de recepción fue muy servicial. Sólo ten cuidado con los taxis del aeropuerto. Fue sólo un viaje de 5 a 6 minutos, pero el precio fue de 16 euros. Pregunté en recepción sobre esto y me dijeron que es la tarifa estándar. Pero si usas Cabify son sólo 5 euros.

Un hotel que ayuda a un colega a cometer un error. Esta familia fue buena en todos los aspectos de la evaluación y eligió a esta familia. El hotel ha estado haciendo buenos comentarios. ¡Buena posición también! ¡Buena recomendación!

Un hotel fantástico en una ubicación fantástica. El vestíbulo del hotel es grande y acogedor, las habitaciones son espaciosas y están impecablemente limpias y todo el personal fue muy servicial y amable. Está a solo 1 minuto a pie de la playa/mar y hay muchos restaurantes y bares muy cerca. El paseo desde la bahía hasta el centro de la ciudad es increíble a lo largo del hermoso y limpio y pintoresco paseo marítimo. Considerándolo todo, una estancia MUY agradable. ¡¡Estaré detrás!!

Hotel que vive de su gloria de hace muchos muchos años. Escogimos una habitación premium con vistas al mar. Sorpresa, eran vistas laterales. Segunda sorpresa el ascensor estaba al lado y el ruido era insufrible. Consejo para el futuro: coged habitación en primer o segundo piso. El resto tienen alguna que otra cosa. A mi juicio el hotel carece de servicios básicos para un 5 estrella, quizás porque no los necesita? Yo no lo creo. Lo único que se salva es su servicio de bar por la amabilidad del equipo. La carta, por cierto, tienen que revisarla. Es muy muy limitada. Creo que es un hotel con mucho potencial pero está muy mal gestionado y no se ha invertido lo que se debe. Se salva porque en Santander no hay otro hotel de 5 estrellas. Quizás algún día algún empresario avispado lo abre y el Real se ve obligado a mejorar. De momento es evidente que no lo necesitan.

Encantador hotel y recepción. Puedo decir que en el pasado era un hotel de lujo, ya que todavía lo frecuentan los lugareños mayores. La decoración y los muebles estaban anticuados pero eran de calidad. La mejora de la habitación a la suite junior por 60 euros por 3 noches fue agradable. El personal de recepción fue servicial y amable. El personal del restaurante y del bar fue atento y amable. En general, una experiencia agradable y un hotel en una excelente ubicación. Gracias.

Correo enviado el día 7 de octubre a la Señora Directora del Gran Hotel Victoria de Santander, y que aún sigo esperando una contestacióncono mínimo por parte de la dirección: ”Señora Directora del Hotel Victoria., Me dirijo a ustede con el fin de expresar nuestro profundo disgusto, malestar e indignación, con respecto a una experiencia reciente durante nuestra comida el dia 7 de octubre, en su establecimiento. Lamentablemente, la velada se vio empañada por la presencia de un grupo de aficionados al fútbol que se comportaron de manera abosolutamente inapropiada, irrespetuosa y perturbadora. Durante toda la comida, este grupo de individuos (10) demostró una falta total de respeto por otros comensales al mantener conversaciones insultantes, palabras malsonantes, blasfemias, gritos, todo fuera de tono y de lugar, sin que ninguno de sus empelados les llamara al orden o cambiara de espacio. Su conducta impresentable futbolera han impedido desde el minuto uno, tener nuestra tranquila comida, creando un ambiente incómodo y del todo inadmisible para a nosotros que, habiendo reservado una mesa para 3 personas en zona tranquila por nosotros y por nuestra madre, una señora de 91 años, hemos tenido que soportar a una gente durante hora y media sin poder hablar entre nosotros 3, porque el tono era tal, que era imposible comunic****. Es importante señalar que elegimos el Hotel Victoria con la expectativa de disfrutar de una experiencia gastronómica agradable, a lo que hemos estado acostumbrados siempre que hemos venido. Y lo más llamativo de todo: reitero que en ningún momento el Maitre o Jefe de sala, llamó la atención a este grupo, para que este comportamiento cesara. La tranquilidad y el respeto y conducta cívica hacia a los clientes y por parte de los clientes, debe ser una prioridad en su establecimiento. Agradecemos su atención y tome nota de esta queja, esperando, tanto por los clientes como por la imagen del hotel, tomen medidas pertinentes para evitar que hechos tan incómodos y contraproducentes se repitan. Atentamente,”

Es uno de los mejores hoteles del Sardinero, cerquisima de la playa, con vistas espectaculares. El personal de limpieza excelente, al igual que el personal de recepción Buena calidad de la comida tanto en el restaurante como en la cafetería.

- Habitación (316), pequeñísima, no corresponde, en absoluto, a un hotel de 4 estrellas. - El caballete para dejar la maleta tapona la puerta dificultando el acceso a la habitación. - El armario es minúsculo, no tiene baldas. - Pequeño frigorífico encerrado en el armario. La temperatura dentro del armario sube llamativamente. - No hay butacas en la habitación En el escritorio con una silla (único asiento de la habitación) no es posible sentarse ni para escribir una nota ya que el televisor tropezaría con la cabeza. - Hay que desenchufar la TV para que se apague. Si no se desenchufa, permanece en la pantalla la imagen de un paisaje que, aunque no es muy luminosa, impide el oscurecimiento de la habitación. - La lamparita de la mesilla de noche (la otra no tiene lamparita) carece de interruptor: para encenderla y apagarla hay que enchufar y desenchufar el cable de la pared. - Los DOCE PULSADORES de luces, en la pared, sobre cada una de las incómodas mesillas de noche, son imposibles de entender y utilizar, más aún con la habitación a oscuras. - Hay un letrero de tubo de neón luminoso, de unos 50 cm, que compone la palabra ”art” en una pared. Está medio sumergido en una maraña de cables negros y gruesos. El resultado estético es sucio y deplorable. - La puerta de la habitación (no hay doble puerta) permite la entrada de la brillante luz del pasillo por todo su contorno. - No hay banqueta para sentarse en el cuarto de baño. - Tampoco hay una superficie amplia, junto al lavabo, sobre la que dejar el neceser y los accesorios de higiene personal, solamente una repisa de cristal de unos 15 x 20 centímetros. - Aunque esta última observación depende ya del gusto personal y habrá quien no la comparta, en la decoración de todo el hotel, se aprecia una permanente obsesión por el diseño llamativo y de vanguardia que resulta poco agradable y algo estridente. LA HABITACIÖN CORRESPONDERÏA A UN HOTEL DE DOS ESTRELLAS, COMO MUCHO