La ubicación me pareció excelente, a menos de tres cuadras de la estación del metro Universidad. A pesar de ser una zona con movimiento, se siente segura para caminar, incluso por la noche, debido a las funciones de cine nocturno gratuito al aire libre en el Parque de los Deseos. Precisamente frente al parque hay opciones de comida que van desde restaurantes establecidos hasta puestos ambulantes (hamburguesas, hotdogs, pinchos,...). La estación Universidad está a tan solo una de distancia de Caribe (Terminal del Norte); igualmente se puede tomar el metro en dirección Sur para llegar al Centro (San Antonio) o al Terminal del Sur (Poblado). Precisamente por esa accesibilidad al transporte público fue que elegí este alojamiento, ya que la zona es segura y no rebosa de vida nocturna que resulte incómoda, como Poblado o la Carrera 70. El hotel es pequeño, más bien una casa adaptada a este servicio. La habitación me pareció muy buena para lo que la necesitaba: espaciosa, limpia, con cama amplia y armarios para colgar y poner cosas, con baño y desayuno incluido. Ciertamente tiene sus desventajas, como que el servicio de canales de TV es demasiado limitado (dos canales a lo mucho, a pesar de colocar un listado) o que la puerta de la habitación tiene huecos en la parte superior por donde entra el ruido de la recepción. Estuve 3 noches en la habitación 1, la cual se encuentra justo frente al comedor y la recepción, de modo que todo el tiempo escuchaba las conversaciones, entrada y salida de personas. Además, su ventana da a la calle, de modo que abrir la cortina (las cuales son muy delgadas) significa que cualquier transeúnte puede verte y la luz del sol entre directamente apenas amanece. Un detalle que personalmente tendría que mejorar es el trato de algunos empleados que trabajan en el hotel. Es cierto que no todos son iguales y algunos hacen muy bien su trabajo con amabilidad, pero otros dejan mucho que desear. Por ejemplo, las siguientes tres experiencias que tuve con algunos empleados: En primera, cuando llegué e hice el check-in, la chica de recepción me llevó a la habitación para mostrarme las instalaciones y que todo funcionara bien, pero concluyó con una frase que me pareció bastante ruda: ”si rompe algo lo tiene que pagar”. Seamos realistas, es posible que haya huéspedes que no cuiden el mobiliario, sí, pero hay maneras de decir las cosas de una forma más educada. Teniendo en cuenta que llegar a Medellín representa un viaje largo (ya sea desde el aeropuerto que está lejos o bien en autobús desde otra ciudad), decir ese tipo de frases a un huésped recién llegado como que no es lo ideal. El segundo problema fue la llave de mi habitación. Al salir es necesario dejar la llave en recepción para la limpieza y pedirla al volver. Justo en mi último día, salí por la tarde dejando la llave a un chico en recepción; cuando regresé por la noche, era otro empleado que ocupaba la recepción y la llave de mi habitación no estaba. Ese otro empleado se limitó a d
Fabuloso
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